Plaza de toros de Jerez de la Frontera, primer festejo de la feria del Caballo 2018. Corrida mixta de rejones. Tres cuartos de entrada. Se han lidiado cuatro toros de Fermín Bohórquez para: Fermín Bohórquez (que hacia su reaparición): oreja y oreja, Pablo Hermoso de Mendoza (Primera actuación en España del año): dos orejas y dos orejas, y dos novillos de la misma ganadería para Guillermo Hermoso de Mendoza (Nuevo en esta plaza): ovación y dos orejas. Al romper el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de D. Ángel Peralta.
Se puede catalogar como histórica la tarde de hoy en el Coso de la calle Circo. Digo esto basándome en los siguientes puntos: la plaza ha “brillado” gracias a una perfecta restauración de “chapa y pintura”; se ha vuelto a celebrar, tras el paréntesis del año pasado, la tradicional corrida de rejones; Fermín Bohórquez ha vuelto a los ruedos, al menos por ésta tarde; Pablo Hermoso de Mendoza ha comenzado hoy su temporada 2018 en España; se ha presentado en ésta plaza el novel Guillermo Hermoso de Mendoza; y para finalizar además los tres rejoneadores han salido a hombros.
Fermín Bohórquez ha reaparecido esta tarde tras su despedida de los ruedos que realizó en Zaragoza el pasado 18 de octubre del 2015. El caballero rejoneador, vestido de traje corto y zahones “como mandan los cánones”, se encontró con un primer enemigo muy en el tipo de Murube. En el recibo el rejoneador llevó al toro cosido a la cola del caballo para luego clavarle un rejón de castigo. Brindó la lidia del toro a su hermano Iván. En banderillas se mostró muy sobrio clavando tres banderillas a una mano y dos soberbios pares a dos manos dejando llegar al toro al estribo. Tras un rejón cortó una oreja con fuerte petición de la segunda.
Al cuarto de la tarde también lo castigó con un rejón. De nuevo mostró la seriedad del rejoneo jerezano en el tercio de banderillas, con toreras batidas al pitón contrario al del cite para clavar, saliendo del embroque con maestría. Brilló de nuevo en los pares a dos manos. Cuando cogió el rejón de muerte, dos “cantaores espontáneos” le regalaron sus voces. Tras un pinchazo logró un rejón que le permitió cortar una oreja.
Pablo Hermoso de Mendoza, recibió a su primer astado a lomos de “Alquimista”. El ejemplar que pastó en “Fuente Rey” mostró poca codicia de salida. En banderillas puso la raza que le faltaba al toro, para ello tiró de cuadra y sacó a “Extraño”, “Gaiato” e “Hiato”. Tras una excelente actuación mató de un certero rejón y paseó las dos orejas.
Al quinto de la suelta lo recibió montando a “Berlín”, tras sobar al toro consiguió que éste le hiciera hilo para interpretarle la “Hermosina”, cambiando la grupa de pitón a pitón en forma de abaniqueo mientras el caballo galopaba a dos pistas. En el tercio de banderillas enloqueció al público, sobre todo con “Dalí”, caballo que ofrece la grupa al astado para luego arrancar apoyando sus fuerzas en los cuartos traseros. Con “Bacano” clavó banderillas cortas con exposición, lo mató de un fulminante rejonazo en los medios. Dos orejas fueron a parar a las manos del navarro.
Guillermo Hermoso ha hecho honor al refrán que reza “de casta le viene al galgo”, ya que el hijo del “centauro de Estella”, (me tomo la libertad de tomar prestado el apelativo de D. Ángel Peralta “el centauro de la Puebla”), ha metido al público en una “máquina del tiempo” y hemos vuelto a ver a su padre cuando en los años noventa revolucionó el rejoneo a lomos de “Cagancho”. Sin duda alguna el joven rejoneador tiene unas condiciones innatas para “ser gente” en este difícil mundo del rejoneo, además cuenta con un padre que le guía y exige desde el callejón y con una excepcional cuadra heredada de su progenitor. Brindó su primer novillo a Ricardo Raimundo, que ejercía de auxiliar en su cuadrilla. Lo recibió toreramente a lomos de “Napoleón” clavándole un rejón. La faena de banderillas fue de un rejoneador cuajado, ya que logró que el burel no se rajase dada su condición de manso, consiguiendo un buen tercio con “Disparate” y “Donatelli”. A lomos de “Jabugo” logró un rejón tras un pinchazo en lo alto. Tuvo que echar pie a tierra y usar el descabello, lo que le hizo perder los trofeos.
Al último de la tarde lo fijó con “Brindis”. En el tercio de banderillas el astado se derrumbó en varias ocasiones. El rejoneador lo cuidó logrando una buena faena pese a la floja condición del burel. Logró clavar banderillas con mucho estilo a lomos de “Icaro”, “Sarta” y “Pirata”. Tras un pinchazo logró un efectivo rejón que le permitió cortar las dos orejas.
