El capellán de Franco, monseñor José María Bulart, compendió lo que los franquistas piensan: “Si el Generalísimo no está en el cielo es que el cielo está vacío…era un hombre de una piedad auténtica. Esencialmente religioso…. Yo creo que ser cristiano y militar eran los dos valores de su vida”. Lo decía quien bromeaba con los “enterados” que firmaba Franco mientras ratificaba las condenas y él alegremente le decía “Qué, ¿enterado?”.
Nadie del equipo de Casado se enteró de nada. Tampoco él. Una equivocación la comete cualquiera. Si ocurre, se pide disculpas y la opinión pública lo excusa. Sucedió en Granada. Que el líder de la oposición esté presente en una misa dedicada al descanso eterno del alma del Caudillo de España y Generalísimo de los Ejércitos, dictador durante cuarenta años, es una anomalía. La misa es el verdadero despropósito. Que la Iglesia Católica lo explique como normal es un escándalo. La prensa internacional y el parlamento europeo se han hecho eco de tan feo como extraño asunto.
Se ha reiterado. Casado no lo sabía. Muy seguramente. Que no conocía que se celebraba en la preciosísima capilla del Sagrario, aneja a la catedral, ese acto religioso. Que tampoco se percató de las preces que se dedicaron al dictador. Que no vio las banderas con escudos anticonstitucionales que estaban en el templo. Ni entendió el significado de las coronas de laurel con la bandera de la fundación convocante delante del altar mayor. Que no se dio cuenta de la naturaleza ideológica de los que le solicitaban selfies a la salida, ni oyó los Cara al Sol -brazo en alto- cantados posteriormente. Tenemos un problema. Puntillosos hasta el extremo para denunciar a los demás y tan lerdos para detectar tanta anomalía. El Evangelio lo explica bien: “Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la astilla del ojo de tu hermano”. (Lucas.6,42). Un poco de humildad. Es lo relevante de la presente historia para Casado y su equipo.
La espita la abrió un tuitero, un joven que no pertenece a la esfera política: ”Con Pablo Casado asistiendo a la misa del Generalísimo”, ”Tengo a Pablo Casado detrás mía en misa, y justo en la misa del 20-N con la corona de laurel". Y el acto dejó de ser privado.