Podemos espera que los resultados del 28M sean lo suficientemente buenos como para que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, tenga que aceptar un acuerdo con los morados para incorporarse a las candidaturas de Sumar a las generales de diciembre con sus condiciones.
Y sus condiciones son básicamente que todos los candidatos se elijan por primarias abiertas, una cuestión que se ha pospuesto para después de las elecciones municipales y autonómicas y que se tendrá que hablar con todos los partidos que decidan incorporarse a Sumar.
Con esas exigencias aparcadas de momento, Podemos pone todos sus esfuerzos en revalidar los gobiernos autonómicos de los que forma parte (Comunidad Valenciana, Baleares, Canarias, Navarra, Aragón y La Rioja) junto con los municipales e intentar además agrandar el espacio donde sea posible.
Parten para ello de más acuerdos suscritos con IU de los que firmaron en las elecciones anteriores de 2019, ya que irán juntos en un total de diez de las 12 comunidades que concurren a las urnas (todas menos Aragón y Asturias).
También han ratificado pactos para ir de la mano en una quincena de capitales de provincia, entre ellas todas las de Andalucía salvo Jaén y Granada, Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Bilbao o A Coruña.
Para Podemos, la cita del 28M es determinante de cara a las generales y un eventual fracaso sería igualmente atribuible a Sumar aunque no compita en estas elecciones y de ahí que avisen del error que supondría interpretar que un mal resultado de los morados iría bien a Sumar. Pablo Iglesias ya ha advertido a Díaz de que se equivocará si cree que puede prescindir de ellos para ganar al PSOE.
Entre tanto, los morados tienen ya despejada parte de la incógnita relativa a la agenda de campaña de Yolanda Díaz y se han tenido que conformar con los malabarismos que ha hecho la vicepresidenta segunda para hacer campaña también por las formaciones que están interesadas en acoplarse a su proyecto electoral.
No es lo que hubieran querido porque lo que defendían es que Díaz hiciera campaña por Unidas Podemos, que es el espacio al que ella pertenece, pero la líder de Sumar ha incluido a Más Madrid y a Compromís en su gira electoral.
Son dos partidos que estuvieron arropando a Díaz en Magariños cuando lanzó su candidatura, al contrario que Podemos, que decidió ausentarse al no llegar a un acuerdo con la vicepresidenta.
Madrid es uno de los escenarios más difíciles para Yolanda Díaz porque allí Unidas Podemos y Más Madrid son rivales electorales y, además, pintan bastos para los morados, que podrían no llegar al umbral mínimo que se requiere para entrar en la Asamblea y en el Ayuntamiento (un 5 % de los votos), según apuntan varias encuestas.
Por eso, la ministra de Trabajo ha evitado enfadar a Podemos y a IU subiéndose a un escenario con la líder de Más Madrid, Mónica García, aunque se la verá con las candidatas de esa formación paseando por la pradera de San Isidro, donde también irán los aspirantes de Unidas Podemos, y en Rivas Vaciamadrid, cuyo gobierno municipal ostentan IU, Más Madrid y Los Verdes Equo.
Lo que aún queda por despejar es si la líder de Podemos, Ione Belarra, o su "número 2", Irene Montero, compartirán algún mitin con Díaz, ya que las agendas completas de la campaña de ambas no se han hecho todavía públicas porque, según fuentes de la formación, continúan haciendo retoques.
De momento, las ministras de Derechos Sociales y de Igualdad estarán el jueves en la pegada de carteles en Madrid y el primer día de campaña, el 12 de mayo, en Valencia, con el coordinador federal de IU y responsable de Consumo, Alberto Garzón.
Valencia es también un territorio clave para Unidas Podemos y, según pronostican algunos sondeos, se podría mantener el Gobierno del Botànic que comparten con PSOE y Compromís, aunque por los pelos.
Podemos asegura crecer en las campañas y tiene por delante dos semanas para revertir esas encuestas adversas. Se ha armado con un programa electoral que pone el foco en la "valentía" que han tenido para llevar a cabo transformaciones radicales dentro del Gobierno de coalición y con ese mensaje plantean, entre otras cosas, soluciones al grave problema de la vivienda, penalizando, por ejemplo, las viviendas vacías o proponiendo supermercados públicos en todos los pueblos para luchar contra la inflación de los productos básicos.
De manera paralela y aunque no se presenta a estas elecciones, Sumar va haciendo ya su propia campaña deslizando propuestas electorales, como limitar la compra de casas en zonas tensionadas si no es para vivir en ellas, un impuesto permanente a los ricos o una herencia universal de 20.000 euros por persona.