Según ha informado la Guardia Civil en un comunicado, los hechos se iniciaron mediante la denuncia de una persona que manifiesta que en su domicilio han desaparecido una serie de joyas valoradas en unos 3.600 euros. Tras una precisa descripción de lo robado, la denunciante asegura que no tiene sospechas fundadas, pero que la desaparición coincide con la visita de un amigo de su hijo.
Del esclarecimiento se hace cargo el área de investigación del Puesto Principal de los Palacios y los agentes se despliegan rápidamente para intentar interceptar las joyas en su estado original, por lo que se contacta con todo aquel que se sabe que se dedica al negocio de compraventa de metales preciosos.
La Guardia Civil añade que un negocio de la demarcación del puesto de los Palacios parece haber realizado la compra de las joyas, con toda la legalidad exigible, por lo que identifica al vendedor, de quien dice que se las ha vendido como propias. El dueño del establecimiento colabora en todo momento y cede las joyas a los agentes para que se disipe cualquier duda sobre el origen de las mismas.
Cuando se identifican las joyas plenamente, se contacta con el supuesto propietario-vendedor, un joven de 19 años de Los Palacios, que manifiesta haberlo hecho como favor a un amigo, que había olvidado el D.N.I. y quería vender las joyas de su propiedad, pero sin interés pecuniario alguno por su parte.
Tras contactar con este amigo, casualmente el mismo sobre el que recaen las sospechas de la víctima, reconoce ante las evidencias, y en presencia de su abogado, haber aprovechado la ausencia de un amigo suyo, para registrar el dormitorio de la madre de éste y sustraer las joyas. Posteriormente dijo a otro amigo que fuese a venderlas.
Por estos hechos son detenidos D.J.B.B. y A.A.L., ambos de 19 años y vecinos de Los Palacios, como autores de un delito de hurto.