Fritzl se declara culpable y el juicio queda visto para sentencia

Publicado: 19/03/2009
Culpable de todos los cargos, incluido ?asesinato por omisión de socorro?: ese fue el inesperado cambio de actitud de Josef Fritzl ayer durante el proceso que le juzga por haber encerrado en un sótano y violado a su hija Elisabeth durante 24 años.
Culpable de todos los cargos, incluido “asesinato por omisión de socorro”: ese fue el inesperado cambio de actitud de Josef Fritzl ayer durante el proceso que le juzga por haber encerrado en un sótano y violado a su hija Elisabeth durante 24 años. 

Apenas habían pasado unos segundos desde que accedió a la sala de la Audiencia Provincial de Sankt Pölten donde se le juzga, cuando Fritzl tomó la palabra para sorprender al tribunal y al restringido número de medios presentes, entre ellos Efe. 

“Me reconozco culpable”, admitió el jubilado de 73 años, sólo dos días después de haber rechazado su responsabilidad en los dos delitos más graves que se le imputan: asesinato y esclavitud. 

El primero se refiere a su presunta implicación en la muerte en 1996 de uno de los siete niños que procreó con su hija y del que, según Elisabeth, ignoró los graves problemas respiratorios que padecía el recién nacido. 

Ante las preguntas de la magistrada Andrea Humer, que dirige el caso, Fritzl reconoció que tendría que haberse dado cuenta “de que el bebé estaba mal”. 

“No sé por qué no lo ayudé. Tenía la esperanza de que aguantara”, confesó Fritzl. 

“Tenía que haber hecho algo”, resumió el acusado, quien asumió también su responsabilidad en los delitos de esclavitud, coacción grave y violación, de los que el pasado lunes se declaró no culpable o parcialmente culpable. Los de privación de libertad e incesto sí los había admitido. 

La reacción de Frizl fue inesperada para todos. A preguntas de Efe, su abogado Rudolf Mayer reconoció estar “sorprendido” y sobre cuándo Fritzl cambió de opinión indicó que “no sé decirlo”. 

El letrado de la defensa sí conjeturó cuál puede haber sido el detonante de ese cambio de actitud: el testimonio de Elisabeth grabado en vídeo, que fue presentado este martes al jurado. 

Un testimonio que en apenas once horas concentró sus 8.461 días de cautiverio, las violaciones, los siete hijos que dio a luz en el sótano y su vida en un habitáculo de apenas 60 metros cuadrados, sin ventilación ni luz natural. 

Tras su confesión, Fritzl permaneció en el banquillo de los acusados mientras escuchaba con los ojos cerrados el testimonio de la psiquiatra Adelheid Kastner sobre la condición mental del acusado. 

La experta se retrotrajo a los malos tratos que Fritzl recibió de niño por parte de su madre para explicar la “alteración de la personalidad” que padece. 

Una alteración manifestada en una inhibición de su capacidad de sentir y en una “gigantesca necesidad de poder”. Con el tiempo, ese ansia de poder se fue desarrollando en “fantasías” y el acusado se fue convenciendo de que “no sería tan malo” cumplirlas. “Uno se corrompe a sí mismo”, explicó Kastner. 

Así, hasta que Fritzl liberó sus deseos de “poseer a una persona para él solo” y “gozar sin límite de sus necesidades sexuales”. Y todo con una víctima elegida de forma premeditada: su hija 

Con el testimonio de la psiquiatra y la lectura de dos informes técnicos sobre la ventilación y el sistema de apertura del zulo, la jueza dio por concluida la fase de “presentación de pruebas” y envió al jurado a deliberar para que hoy conteste al cuestionario del que saldrá la declaración de inocencia o culpabilidad.

ATENUANTE

La inesperada admisión de todos los delitos que se le imputan podría servir al conocido como ‘Carcelero de Amstetten’ para lograr una pena más suave, en el caso de ser encontrado culpable. 

Franz Cutka, portavoz de la Audiencia Provincial de la localidad austríaca de Sankt Pölten en la que se celebra el proceso, aseguró que una confesión “supone un atenuante esencial para la sentencia”. Precisó que el alcance de esa posible reducción de la condena depende de “hasta qué punto el jurado considera la confesión del acusado como un atenuante”. 

Los ocho miembros del jurado, cuatro hombres y cuatro mujeres, recibirán hoy de los tres jueces que supervisan el caso un cuestionario sobre cada uno de los seis cargos que se imputan a Fritzl: asesinato, esclavitud, violación, coacción grave, privación de libertad e incesto. Una vez emitido el veredicto, el jurado y los tres magistrados acordarán la sentencia que se impone a Fritzl.

Sin embargo, antes de pasar por prisión, el “Carcelero de Amstetten” podría tener que ingresar en una institución para delincuentes con problemas mentales.

Aunque el acusado es considerado dueño de sus actos, la psiquiatra que lo ha examinado asegura que sufre una 

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