La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París rechazó este miércoles la demanda de liberación del histórico dirigente etarra
La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París rechazó este miércoles la demanda de liberación del histórico dirigente etarra José Antonio Urrutikoetxea, "Josu Ternera", que está encarcelado porque la justicia española lo reclama para juzgarlo en cuatro causas diferentes.
Las tres juezas de la sala no aceptaron los argumentos de la defensa de Urrutikoetxea, que al final de la audiencia les garantizó que en caso de haber quedado en libertad se habría presentado a todas las convocatorias a las que fuera citado, y para apoyar su promesa dijo que en el País Vasco "la palabra es sagrada".
Sus dos letrados, Laure Heinich y Laurent Pasquet-Marinacce, que ahora podrían recurrir esta decisión ante el Tribunal Supremo, insistieron en que no debería estar en prisión en primer lugar por su estado de salud.
Se refirieron, sobre todo, a la operación de próstata a la que fue sometido el pasado día 2, y que inicialmente debía haberse realizado el 16 mayo, el día de su captura en el aparcamiento del hospital de la localidad de Sallanches, en los Alpes.
Heinich habló de "humillación" y de "trato degradante" porque consideró que no se le había dado la atención médica que necesitaba. En particular porque ha tenido que llevar una sonda urinaria al aplazarse esa intervención hasta comienzos de septiembre.
La letrada también trató de convencer a las juezas de que, en caso de ser liberado, había garantías de que Urrutikoetxea respondería a los requerimientos judiciales.
Recordó que se había comprometido a acogerlo en su domicilio de París el magistrado Louis Joinet, exconsejero del fallecido presidente francés François Mitterrand, y que estaba dispuesto a llevar un brazalete electrónico o a otras medidas de control judicial.
Pasquet-Marinacce, por su parte, se quejó de "deslealtad" por parte de la Fiscalía, y dijo que todavía no se le han notificado formalmente las dos demandas de extradición españolas, lo que impide a la defensa acceder a algunos elementos de lo que se le reprocha.
España ha dictado contra él dos euroórdenes, una por crímenes de lesa humanidad y otra por financiación de la banda a través de las "herriko tabernas", que serán objeto de una audiencia de la sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París el 16 de octubre.
Además, tiene dos demandas de extradición: una por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987, que causó la muerte de once personas, y otra por el asesinato de un directivo de Michelin en 1980.
Tres juezas del Tribunal de Apelación de París decidieron el pasado 19 de junio dejarlo en libertad por las dos causas que tiene pendientes en Francia por sendas condenas que recibió en rebeldía en 2010 y en 2017 cuando estaba en la clandestinidad.
Pero ese mismo día la Fiscalía recurrió a los procedimientos españoles para que pudiera seguir entre rejas.
La decisión de liberarlo por las causas francesas ha sido, además, recurrida por el Ministerio Público ante el Tribunal Supremo, que el próximo día 24 dictaminará sobre esa cuestión.