Así, se trata de dos especies (Macromia splendens y Oxygastra cutisii) que figuran en el Catálago Andaluz de Especies Amenazadas y que son bioindicadoras de la calidad del río, ya que sólo habitan en tramos bien conservados. Se han encontrado ejemplares adultos y larvas.
Ambas especies forman parte de la fauna que habitaba la Península Ibérica antes de las glaciaciones, por lo que sus descubridores han catalogado a los insectos de joyas vivientes.