La bulla del carnaval, el color y alegría corretearán por las calles en esta semana que principia, blanca para unos, envidiada para otros -sobre todo los estudiantes-, gris para la mayoría y oscura para el cine. La muerte de Staley Donen fue cuestión de tiempo por la ley de la vida, pero deja un legado interesante, rompedor y brillante. Sus comedias han ido más allá del entretenimiento -Charada o La escalera, por ejemplo-, con la salvedad de los musicales, modernos, innovadores, luminosos, aunque se le recuerde principalmente por Cantando bajo la lluvia o Siete novias para siete hermanos.
Hay uno espectacular, porque en él se conjugan el argumento y la actuación con el color, los tres pilares en que se apoyan la visión y la audición del espectador sin que se dé cuenta. Es Funny face, donde vimos a un Fred Astaire entrado en años pero con la misma agilidad, junto a Audrey Hepburn, tan joven que parecía no haberse bajado de la motocicleta en la que recorrió Roma. Inolvidable la escena de la librería con el sombrero naranja, el velo rompiendo la penumbra y los libros rodeando la escalera de caracol.
Renovador del género, podría decirse que Staley Donen es influencer, pero el término se le queda muy pequeño, porque la realidad es su magisterio, la enseñanza apreciable en todo cuanto hizo. Su proyección la vimos en el propio Bob Fosse y actualmente en la comedia musical. Los informativos nos dieron la noticia de su pérdida y horas después supimos la de José Pinto. Jordi Hurtado fue el primero al comentarla en el medio por excelencia, si bien los periódicos digitales la recogieron a mediodía.
Este concursante estuvo en Saber y Ganar, luego en Pasapalabra y últimamente formaba parte del grupo Los Lobos de Boom, equipo que lleva un montón de programas y que abandonó propia voluntad hace unos meses. Las conjeturas han surgido a montones y quienes no lo conocían se preguntarán por su fama o por su importancia. Lo cierto es que la popularidad fue totalmente consecuente, un concursante simpático, campechano y muy culto, como demostró en los tres programas.
Era ganadero y se sentía tan orgulloso de sus vacas blancas que las prefirió a ser millonario. La mañana en que murió solicitó a su amigo que las cuidara porque se encontraba mal. Cuando acudieron no se pudo hacer nada. Se fue con la misma sencillez que vivió. Como dijo Jordi Hurtado, siempre estará con nosotros. La casualidad ha elegido a Donen como su compañero de viaje. De alguna manera ambos transmitieron alegría. Como esta semana que principia. Descansen en paz.
