La Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental en Huelva (Feafes-Huelva) ha denunciado el trato "denigrante sufrido" por una persona con enfermedad mental que estaba en la calle durante uno de los periodos breves de tiempo a los que tiene derecho legal bajo prescripción médica.
Los hechos ocurrieron el pasado viernes 17 de noviembre a las 18.45 horas en la calle Vicente Yáñez Pinzón de la capital onubense cuando un paciente salió a la calle acompañada de una monitora de Feafes y se sentó en un banco a tomar el aire. "Allí, un policía le llamó la atención y la monitora que acompañaba al enfermo le explicó la situación, sin embargo, pasados unos diez minutos, se presentó en la calle un furgón policial de donde se bajaron cuatro agentes que increparon y asustaron al paciente con malas formas”, denuncia la asociación.
La monitora que acompañaba al enfermo ha interpuesto una queja ante la propia Policía Nacional por los hechos acaecidos y ha asegurado que de no haber estado acompañado en ese momento podría haber sufrido una crisis más grave.
Según ha explicado la presidenta de Feafes-Huelva, María Domínguez, el paciente vive solo y no tiene familiares en la ciudad por lo que se han hecho cargo desde Feafes de su derecho a salir a la calle según viene recogido en el decreto del estado de alarma para personas con enfermedad mental. Además, ha indicado que tanto esta persona como su monitora llevaban guantes y mascarillas en el momento en el que sufrieron esta acción policial.
Para Domínguez es “indignante” que se haya producido esta situación por lo que ha pedido a las autoridades y a la ciudadanía en general que mantengan este permiso necesario para estas personas y sean respetuosas con ellas, ya que su situación implica poder realizar este tipo de salidas que, en el caso que se ha denunciado, solo se utiliza una vez por semana.
Domínguez ha recordado que la situación de confinamiento tiene un impacto muy negativo en las personas con enfermedad mental porque rompe sus rutinas habituales, algo que de entrada les cuesta mucho adquirir para tener hábitos saludables a los que agarrarse. En estos casos, el miedo al contagio o la angustia que se genera en cualquier persona se puede multiplicar haciéndoles muy difícil su día a día.