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Lo que importa (I)

Nos hemos acostumbrado a que el debate público sea un espectáculo que llena páginas y minutos sin afectar a nuestras vidas. Entre cotilleos, escándalos...

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  • Pensiones. -

Nos hemos acostumbrado a que el debate público sea un espectáculo que llena páginas y minutos sin afectar a nuestras vidas. Entre cotilleos, escándalos y ocurrencias, consumimos cualquier cosa que nos pongan por delante, sin atender a lo que de verdad importa. Y, cuando lo hacemos, nos dejamos convencer por una de las dos posturas que, pretendiéndose contrapuestas, nos llevan al mismo sitio. Podríamos hablar de la luz, la vivienda, los impuestos, el trabajo, etc. Es decir, aquellas cuestiones que determinan el reparto de la riqueza, esto es, al alma misma de la política.

Propongo aquí al lector que semanalmente lancemos algunas cuestiones sobre temas realmente importantes, a elección de ustedes o mía, para provocar otros debates. Empecemos, si les parece, con las pensiones.

Aunque cada cierto tiempo se lanzan globos sonda sobre la edad de jubilación o advertencias sobre su sostenibilidad, cómo pagarlas, el fondo de reserva o los planes privados, lo cierto es que se debate muy poco, hasta que nos aplican alguna reforma (retoques de las pensiones presentes, ampliación de las exigencias de años cotizados o reducción de las pensiones futuras), sin que podamos opinar.

Nuestro sistema de pensiones públicas (un bocado apetitoso para mucho fondo de inversión y banco privado) se basa en un sistema anticuado, que se creó cuando la esperanza de vida era mucho menor, los salarios eran proporcionalmente más altos y los trabajadores eran muchos más que los jubilados. Entonces, habrá que cambiarlo pero sin que signifique que sea insostenible.

¿Por qué debe sostenerse únicamente con las cotizaciones de los trabajadores? ¿No es parte del Estado? Imaginen un impuesto sólo para Sanidad y que, al aumentar el gasto sanitario, nos avisaran de la suspensión de operaciones y tratamientos. Si se ofrecen servicios públicos para todos, ¿por qué no hacerlo con las pensiones, el servicio que "asegura una vejez digna"? Lo que nos lleva a otra cuestión: ¿por qué la pensión a recibir no es la misma independientemente de lo cotizado? ¿Entenderíamos que el Estado diera mejor servicio sanitario o educativo a los que pagan más simplemente porque son ricos? Este planteamiento tan regresivo es aceptado por todos, tanto por "liberales", que dicen que los servicios son gratuitos cuando los pagamos todos, como por progresistas que piden aumentar las migajas de las ayudas públicas o las pensiones mínimas.

¿Para cuándo un debate sobre el presente y el futuro de todos? Hablemos sobre lo que importa.

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