Jaén Rugby ha jugado en el Grupo Élite tres partidos en casa y en los tres ha puntuado. Eso es una realidad. Pero el empate del pasado domingo en la sexta jornada de la segunda vuelta no ha dejado satisfecho a nadie. Ni a Jaén Rugby porque tuvo en sus manos la victoria. Ni a RC Hospitalet porque lo pudo ganar si hubiera conseguido la transformación del último ensayo con el tiempo ya cumplido. Ni al público de Las Lagunillas, que vibró en la grada, y ya no digamos a los entrenadores de ambos equipos. La realidad: 20 a 20 y sólo cinco puntos de ventaja entre el cuarto y el séptimo con tres partidos por jugar.
Jaén Rugby olió la sangre, pero no cazó a su presa. Tras el tanteo de los primeros minutos las cartas quedaron bocarriba. Los jiennenses buscaban el contacto y el movimiento rápido de balón, mientras que su rival prefería defenderse jugando con el pie. Dos golpes de castigo casi consecutivos de RC Hospitalet y la fuerza de Peni Tuitupou llevaron a los locales a la veintidós contraria. El balón se movió de lado a lado y volvió al centro en pocas fases para que Juan Castro anotara el primer ensayo. Tato Camacho lo transformó (7-0).
El decorado no cambió. Jaén Rugby sumaba aciertos en las touches, pero no remataba sus incursiones en campo contrario. Su rival optó por enmarañar el juego y sacó provecho de ello: amarilla a Ulises Raya por responder a una agresión. Contra uno menos y a cinco metros de la zona de ensayo, RC Hospitalet optó por entrar empujando con su melé. Tras forzar dos golpes de castigo, el colegiado optó por concederles un ensayo de castigo que empataba el encuentro en el minuto 22.
La reacción jiennense no fue rápida, fue inmediata. Saque de centro ganado por el canterano Fran Víbora, siete fases jugadas a la velocidad de la luz y ensayo de Santi Mesropian. Todo en 46 segundos, 115 si sumamos lo que Camacho tardó en ejecutar la transformación para sumar dos puntos más (14-7). Un nuevo golpe de castigo amplió la ventaja jiennense antes del descanso (17-7), marcador que podría haber sido más amplio, pero un fallo de manos evitó un ensayo claro en los minutos finales de la primera parte.
La segunda parte se podría calificar de resistencia. Demasiados errores individuales evitaron que los jiennenses ampliaran su ventaja. Hasta tres prometedoras acciones de ataque se evaporaron cuando la grada ya apretaba los puños y se ponía de puntillas. Puntos que sí sumaron los naranjas con dos ensayos junto al banderín. El último de ellos sobre el pitido final. Tuvo su pateador, Federico Lepore, la opción de deshacer el empate, pero el oval se fue alejando del espacio entre palos mientras jugadores y afición jiennenses soltaba el aire de su respiración contenida.
¿Se pudo ganar? Sí. ¿Se pudo perder? También. Así que mejor pensar en el siguiente partido ahora que la clasificación se está apretando. Siete puntos tiene Jaén Rugby, ocho su siguiente rival, CR San Cugat, instalado dos puestos más arriba. La cita será el domingo a las 12:00 en el ZEM La Guinardera con arbitraje de Eduard Martín.
Quedan por disputar tres partidos y Jaén Rugby tiene muchas cosas que decir todavía. Y si las fuerzas fallan, siempre quedan la ilusión y las ganas de seguir creciendo un encuentro más.