La asociación, que se ha convertido en una fábrica de sueños, hace realidad las ilusiones de los niños de Oncología Pediátrica del Hospital
Hay iniciativas que todo el mundo debería conocer, aupar, ensalzar, premiar, aplaudir, imitar y apoyar. Es el caso de la Asociación ‘Pídeme la Luna’ de Jaén, que ha cumplido dos años haciendo realidad los sueños de los niños ingresados en la planta de Oncología Pediátrica del Hospital Infantil de la capital. Doce personas trabajan en esta fábrica de sueños que no descansa y que está formada por enfermeras, auxiliares de enfermería y familiares de los niños ingresados y que hasta el momento no cuentan con ninguna subvención. Se financian solo a través de la venta del libro ‘El águila y el gorrión’ escrito por su presidenta, Marisol Escribano. Cada sueño cumplido en estos dos años merece el reconocimiento de toda la sociedad jienense, que no debería cerrar los ojos a esta iniciativa, que además debería ser tomada como ejemplo en otros centros oncológicos del país. La mayoría de los niños padecen leucemia, lo que provoca que muchos sueños deban ser cumplidos con celeridad, porque el tiempo es el peor enemigo de esta industria de la felicidad y de la esperanza. El próximo anhelo es conseguir fondos para llevar a los niños a visitar Disneyland París y no estaría mal que los jienenses fuesen capaces de sufragar no solo el viaje de ida y vuelta de estos niños, sino cientos de viajes y sueños en los próximos mil años para que a ninguno de ellos, nunca, les falte la ilusión y la dicha de ver su sueño cumplido.