Jaén se prepara para celebrar la Nochebuena con una ciudad sumida nuevamente en la falta de iniciativa e inversión
Más allá de la connotación religiosa y de la efeméride que se conmemora la noche de mañana, la Nochebuena y la Navidad son en nuestra sociedad, por la tradición histórica, una fiesta familiar y llena de esperanza, hasta para los desesperanzados que el sistema mantiene en un injusto y triste destierro. Jaén está lista para vivir una noche feliz, en general. Y lo hará en la calle. Sin embargo, las sombras de años atrás han vuelto a planear sobre la capital y la iluminación vuelve a presentar una ciudad triste, atenuada por una asociación de comerciantes desparecida y una hostelería que se queja de cómo se están desarrollando estos primeros días de las fiestas. No obstante, Jaén se prepara para despedir el año en compañía y rodeado de los seres más queridos, recordando a quienes ya no están y olvidando por unos días, apenas unas horas en algunos casos, los sinsabores de la precaria rutina instalada en los hogares desde hace años. Y una vez más, como siempre que el corazón se alegra, son los más pequeños quienes procuran un áurea de inocencia y felicidad a estas fechas. Corre Jaén para preparar mesa y mantel, sonrisas y caricias, regalos y abrazos, ternuras y llantos, que ya vendrán, con paso firme los harapos del resto del año, los que precisarán nuevamente de amigos, familia y amor. ¡Feliz Navidad!