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“Queríamos instaurar la cultura del café en Jaén, y creo que lo hemos

El grupo Serhosmia se expande en la capital con 6 cafeterías con un toque de alta distinción, y ultima su desembarco en Córdoba

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Participantes en el Café Empresarial de Hispacolex y Viva Jaén.

El empresario Miguel Ruiz.

 Cualquiera que haya pasado por la cafetería Colombia 50, en la Carrera de Jaén, en plena feria de San Lucas se habrá sorprendido por las colas formadas en la calle para entrar a este establecimiento, considerado ya un verdadero santuario cafetero en la capital jienense. En realidad, la gran aceptación del público jaenero se extiende durante cualquier época del año y va más allá de ese céntrico establecimiento.

Es una constante en cualquiera de las seis cafeterías que el grupo hostelero Serhosmia ya tiene en Jaén, cinco bajo la marca Colombia 50 y otro, el distinguido Montelado. Todos ellos convertidos en auténticos templos del buen café y en lugares donde el cliente  busca el confort y la comodidad, con un trato muy esmerado. “Nuestra intención era instaurar la cultura del café en Jaén, y creo que lo estamos consiguiendo”, asegura Miguel Ruiz Castillo, director gerente de Serhosmia y artífice, junto a su hermano Antonio, de uno de los más claros ejemplos de empresa de éxito en Jaén.  Un negocio familiar que empezó a fraguarse hace ahora 20 años, en concreto en 1998, cuando vio la luz la cafetería de la calle La Parra. “Allí empezó todo”, rememora Miguel Ruiz, que  participa en una nueva edición del Café Empresarial promovido por HISPACOLEX y VIVA JAÉN.

Realmente, la familia Ruiz no tenía ninguna tradición cafetera. El padre sí que regentó durante muchos años un bar en la avenida de Madrid, pero Miguel heredó todo su bagaje de emprendedor durante su dilatada trayectoria en el mundo textil y donde considera su principal maestro al que fuera su jefe durante tantos años. Miguel cambió la moda por el café, aunque de alguna manera quiso mantener los códigos del buen empresario.


El resultado es un negocio que ha ido creciendo paulatinamente en Jaén, y con inminentes proyectos de expansión tanto en la capital como en la vecina Córdoba. De alguna manera, Miguel Ruiz pretende dotar a sus cafeterías de una filosofía parecida a su anterior trabajo en una conocida tienda textil de la capital. “Intentamos hacer un café a medida, como un sastre”, señala. La empresa adquiere  el café colombiano a una cooperativa al por mayor de Córdoba.

Son cerca de 10.000 kilos de café los que sirve cada año el grupo Serhosmia (el tueste lo hacen ellos), que tiene ya una nómina de 73 empleados en sus seis centros de trabajo, en su mayor parte con estabilidad laboral. ¿Y cuál es el secreto de Colombia 50?  “Es un café con una materia prima de altísima calidad, que presenta menos cafeína de lo habitual aunque sin perder su aroma y su sabor saludable”, indica Miguel Ruiz, que se confiesa un enamorado del café (dice que toma cinco al día) al que considera “el mejor antioxidante posible”.

 Al primero de los establecimientos en la calle La Parra le siguieron después otros en la avenida Ben Shaprut, frente a la Universidad, Avenida de Madrid, la Carrera, Navas de Tolosa y Montelado, en la popular calle Mesones.

Son establecimientos de aire clásico aunque con un toque contemporáneo y sofisticado. “Nuestra pasión por lo exquisito marca la diferencia, en Colombia 50 proponemos un viaje hacia el bienestar y lo bien hecho”, apunta el director gerente del grupo Serhosmia. La oferta que  pone a disposición  de los clientes es amplia, y va desde el Colombia Supremo (el más suave), Excelso, Descafeinado o el Colombia 50.

En total, el grupo tiene una quincena de marcas registradas, con el café como máximo reclamo pero con otras variedades como las meriendas o los menús para ejecutivos que se sirven en el local de Navas de Tolosa. Con todo, sus clásicos son el capuccino aromatizado, muy de moda en Estados Unidos; el café Liegeois, al estilo belga, y con vainilla incorporada, además de nata y canela; el estimulante café irlandés, con un aroma de whisky irlandés y leche cremada; o el café vienés, un expreso largo con crema montada y chocolate. Sin duda, un auténtico placer para los sentidos.

En la mayoría de establecimientos de Serhosmia hay un denominador común: su pasión por el centro y el conjunto histórico de Jaén. En la calle La Parra, a escasos metros de la Catedral, abrió su primera cafetería en 1998 y allí es donde preparan su próxima apertura para la primavera de 2019. Será en la misma plaza de San Francisco, frente a la Diputación, en un local que hará esquina con la calle La Parra y que promete las mejores de las sensaciones para sus clientes. Todo ello a través de su marca “ConCafè” y que incluye en algunos de sus establecimientos una pequeña tienda donde el cliente puede incluso adquirir a granel el mejor café.

 “Siempre hemos apostado por el conjunto histórico de Jaén”, indica Miguel Ruiz, que valora el plan de peatonalización del centro de la ciudad aunque cree que debería ser completado con un mejor transporte público o la puesta en marcha del tranvía.  Cree también que en Jaén hay buenos ejemplos de emprendimiento, aunque reclama una mayor  sensibilidad hacia el empresariado desde las instituciones públicas.

“El problema de Jaén es que, muchas veces, no nos creemos nosotros mismos nuestras posibilidades”, asegura el director del grupo Serhosmia, que prepara su inminente desembarco en la capital cordobesa. Será junto a la céntrica y afamada plaza de las Tendillas, donde la empresa jienense va a ampliar su red de cafeterías gracias al acuerdo comercial alcanzado con una firma cordobesa.

Miguel Ruiz es el prototipo de un empresario hecho a sí mismo. Con humildad, pero al mismo tiempo con valentía y riesgo empresarial, ha ido escalando en un negocio que, a su juicio, estaba poco trabajado en Jaén. “Jaén es una ciudad de impresiones, y mis negocios son como películas”, indica este emprendedor jienense, que ha valorizado el sector de la hostelería en la capital jienense.

Más allá de la amplia carta que pone a disposición de sus clientes, en Colombia 50 y en Montelado hay otras premisas básicas: el buen trato al cliente. “Queremos cuidar al máximo al cliente y, sobre todo, queremos que cuando nos visiten se vayan tan satisfechos que repitan más adelante”, expone el empresario jienense. Él mismo dice sentirse orgulloso de tener en cartera algunos clientes fieles que llegan de otras provincias españolas cuando visitan la capital jienense.  En otras ocasiones, el contacto de este grupo empresarial con sus clientes se hace a través de las redes sociales, pues Colombia 50 puede presumir de tener su propio club de fans.

“Para nosotros, el saber estar y la imagen muy cuidada son valores muy importantes”, apunta Miguel Ruiz, que admite que parte de su éxito empresarial procede también del buen olfato que ha tenido para elegir la ubicación de sus establecimientos en la capital jienense.

En su caso, está claro que la apuesta ha sido por asentarse en las calles más señoriales de la capital. Además, otra máxima que tienen todos sus trabajadores es que al cliente jamás se le niega un producto. “Nunca decimos que no tenemos algo, sino que, en todo caso, no lo trabajamos”. En definitiva, un ejemplo de empresa familiar que ha sido capaz de convertirse en referencia hostelera en la capital y que ha ido creciendo de forma progresiva mientras prepara nuevos proyectos de expansión en otros lugares fuera de Jaén. Y todo, desde la humildad y la visión empresarial.  

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