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Vicente Oya: “Me voy dejando un colegio abierto y muy vivo”

El letrado jiennense Vicente Oya hace balance de sus dos mandatos como decano del Colegio de Abogados, que le han reportado “aprendizaje y experiencia”

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Vicente Oya en su despacho.

Vicente Oya en su despacho.

El letrado Vicente Oya (Jaén, 1961) cesa hoy como decano del Ilustre Colegio de Abogados de Jaén, tras dos mandatos de trabajo por la institución colegial. “Ha sido una experiencia muy buena. Tengo el corazón partido. Estoy muy agradecido a los compañeros porque vestir puñetas y toga no lo puede conseguir cualquiera. Me he equivocado muchas veces, pero me voy con la satisfacción de que todo lo que he hecho ha sido pensando en el Colegio”, afirma.

Llegó en 2012 y cambió los estatutos, reduciendo el mandato de cada decano a dos, de cuatro años cada uno. No se va, sino que se tiene que ir para dejar paso a la nueva junta, con Javier Pulido como decano, que este viernes, 13 de marzo, tomará posesión en una Asamblea General Ordinaria, a puerta cerrada, en la institución colegial, únicamente con la presencia de los abogados de la junta entrante y la saliente, con motivo de la pandemia de coronavirus.

“Nunca imaginé que sería decano. Me lo encontré sorpresivamente”, recuerda. Y es que ejerció como tesorero durante una década y durante dos años, como vicedecano. “Me llegó el momento como decano. Miro atrás y han sido años apasionantes. He conocido una Abogacía distinta a la de los despachos y me ha abierto la visión de la profesión”, reconoce.


Llegó a un Colegio que estaba adaptándose a los nuevos tiempos. “Terminamos con la hipoteca de la sede. A efectos económicos, hemos hecho una labor impresionante. No se han subido las cuotas, el Colegio se ha modernizado y se ha abierto a la sociedad. Se ha implantado la formación continuada, el máster de la Abogacía y la escuela de especialidades. Nos hemos integrado en la sociedad. Era un colegio para abogados y ahora está vivo y abierto a la provincia”, señala.

Todo ello en “años difíciles, de crisis económica, cambios en la Abogacía y una situación política cambiante”, que lo hacen irse sin Ciudad de la Justicia. “La he reclamado siempre”, dice, lamentando que “con la crisis económica que está por venir, los recursos destinados a ésta, se paralizarán”. Señala que en Jaén, “faltan jueces, funcionarios y no hay medios para sacar el trabajo”. Explica: “Los juzgados están colapsados. En la Audiencia Provincial hace falta una cuarta sala. Hay muchos litigios. Que no haya prosperado ni la mediación ni el arbitraje, es un problema. Volvemos a estar muy judicializados. La justicia es lenta y la dispersión de los juzgados, un defecto. Hace falta organización. El Turno de Oficio hay que regularlo porque cada vez hay más letrados y personas que asisten. La Junta, ahora, está pagando con un calendario y se agradece”.

Para Oya, la Abogacía es “una profesión que se ha convertido en el pulso de la calle”, pero que cada vez es más “complicada” ejercerla por las “exigencias” hasta la colegiación del letrado. “El ejercicio de la Abogacía está muy mal. Hay litigios, pero no para tantos letrados ejercientes”, explica. En la provincia, 1.760 abogados (2.054 colegiados).

Especialista en Derecho Contencioso-Administrativo (Derecho Agrícola y Civil), Vicente Oya seguirá trabajando desde su despacho. Ayer mismo aceptó su nombramiento como miembro del Tribunal Administrativo de Deportes de Andalucía. 

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