Si los Ayuntamientos disminuyen sus presupuestos, los alcaldes también deben bajar sus salarios
La alcaldesa de Los Barrios, Ángeles Ariza (PSOE) anunció esta semana que también ella y sus concejales liberados se sumaban a realizar la congelación de sus salarios durante el año 2009 a causa de la crisis económica. Es una medida que la mayoría de los alcaldes del Campo de Gibraltar habían ya realizado durante el año anterior a tenor de la tremenda recesión económica. Curiosamente, Ariza ha sido la última primer edil en tomar esta decisión lo que deja en evidencia de nuevo a Alonso Rojas que en el último año de su mandato obvió este detalle.
No obstante, otras primeras autoridades de la comarca no sólo se han congelado el sueldo en los últimos años sino que también decidieron en su día rebajárselos. Son los casos de Pascual Collado (PSOE) en Jimena, Francisco Vaca (PSOE) en Castellar de la Frontera, y Alejandro Sánchez (PP) en La Línea de la Concepción. Una rebaja que merece todo un aplauso.
La cuestión es si con los altos honorarios que reciben los primeros ediles en estos días el hecho de congelarse el sueldo es una acción meramente de imagen y poco efectiva. En este sentido, desde los distintos partidos de la oposición se insta a que no sólo se quede en esta medida sino que vaya más allá y se realice un recorte salarial más intenso, incluso del 25% en algunos casos.
Esta situación es directamente proporcional a la elaboración de los presupuestos generales de los últimos años. Si estas cuentas generales han sufrido drásticos recortes debido a la crisis económica de las respectivas economías también sería lógico que los primeros ediles de forma solidaria aceptarán también esta rebaja en los salarios, a la par de los presupuestos.
Es una cuestión a abordar por parte de los políticos. Si el año 2009 fue el de la congelación de los salarios por parte de los primeros ediles, el año 2010 debería ser el de las rebajas de sus honorarios. Seguramente que la ciudadanía les agradecería este gesto, sobre todo teniendo en cuenta el recorte tan brutal que se ha producido en estos dos años en las inversiones en servicios públicos.