Isamay Benavente se convertirá en noviembre en la primera directora del Teatro de la Zarzuela en sus 167 años de historia, un puesto desde el que se propone que este género “dialogue con el público de hoy”.
Isamay, que durante los últimos quince años ha estado al frente del Teatro Villamarta como responsable de su dirección artística, destaca que su nombramiento es “muy inspirador” para todas las mujeres que trabajan en la gestión cultural.
El Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música ha seleccionado por tercera vez al encargado de dirigir el Teatro de la Zarzuela en un proceso abierto, en el que ha valorado la labor de gestión cultural de Benavente en su trayectoria como directora artística del Teatro Villamarta, para el que ha diseñado una programación lírica estable, y en su labor como responsable el Festival de Jerez.
Su intención es apostar por una línea “continuista” con el trabajo que hecho por su antecesor, Daniel Bianco, porque “es un teatro que está funcionando muy bien y con líneas de trabajo interesantes”.
Benavente destaca de la labor de Bianco en el Teatro de la Zarzuela que “ha trabajado mucho con la gente joven, ha bajado la edad media del público, las audiencias son muy altas y ha realizado un gran trabajo en la recuperación de la zarzuela”.
“Quiero mantener esas líneas y el nivel general porque es el teatro de España donde todos los cantantes quieren estar”, un escenario que expone “el maravilloso repertorio lírico nacional, que es una joya, y que como es nuestro, a veces no le damos el valor que tiene”, añade.
Uno de los aspectos fundamentales para Benavente es conectar con las inquietudes del público y lo piensa hacer “vibrando con él en la sala, porque es donde a mí me gusta estar, para saber cómo respira, las cosas que le gusta”.
En ese sentido hará hincapié en que “el género de la zarzuela, como todos los clásicos, dialogue con el público de hoy, saber qué tienen que aportar los grandes títulos de zarzuela al mundo de hoy”.
“Cuando se aborda ahora una obra de teatro clásico, el director de escena siempre intenta conectarla con los problemas de la actualidad”, asegura.
Otro aspecto en el que incidirá es la danza porque “estatutariamente el Teatro de la Zarzuela es la casa del Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza”.
Benavente quiere potenciar “el tiempo que están las compañías nacionales de danza” en el teatro y se plantea “invitar cada año a dos o tres compañías más para hacer un abono de danza”.
La nueva directora del Teatro de la Zarzuela admite que, después de la pandemia, “ha desaparecido un público que le ha cogido miedo y que ya no va a volver”, pero está convencida de que el público general ha vuelto “de una manera masiva” a las salas. “La gente necesita cultura, como se comprobó en la pandemia para sobrellevar aquella pesadilla”.
Su nueva experiencia en Madrid supondrá decir adiós a Jerez. Será “duro” porque se ha dejado allí “media vida”, 27 años. De su paso por el teatro jerezano espera “haber dejado huella y noches inolvidables”.
Benavente, que accedió “muy tarde a los grandes espectáculos musicales porque en La Línea no había muchas opciones”, se siente orgullosa del programa pedagógico que ha integrado tanto del Festival de Jerez como en la programación lírica porque considera muy importante haber ayudado a que “mucha gente viera por primera vez una ópera”.
No será hasta noviembre cuando se produzca su entrada oficial al Teatro de la Zarzuela y, mientras tanto, su labor en Jerez será la de dejar planificada la próxima temporada, para que la persona que la sustituya entre con una programación que ya esté funcionando y le de tiempo a preparar la suya para el año siguiente, que es lo que ella hará también en Madrid.
Desde septiembre, Isamay Benavente es también la presidenta de la Asociación de Teatros y Temporadas Líricas de España, Ópera XXI.