La novena, la misa de la Descensión, las alfombras de sal confeccionadas con las entusiastas manos de niños y niñas, la renovación del voto de la ciudad Jerez a su ancestral patrona...
Llegó el 24 de septiembre y, al menos por unas horas,
la festividad de la Virgen de la Merced pareció convertirse en la pausa necesaria al vocerío y los dimes y diretes que vienen rodeando a la procesión magna mariana del próximo 12 de octubre desde hace ya varios meses. Por fin la paz, por fin el silencio,
por fin la Virgen en el centro...
Y eso que la salida de la patrona a las calles de Jerez venía con algunas novedades especialmente relevantes, como la
ausencia de la Banda Municipal de Música de Jerez, sustituida en las vísperas por Santa Ana de Dos Hermanas, que tiró de maestría durante toda la tarde y que como no podía ser de otra manera interpretó algunas marchas propias de Jerez. No en vano, no conviene olvidar que
su director, José Colomé, dirige también a la Orquesta Álvarez Beigbeder.
Las obras que se vienen ejecutando en el entorno de San Marcos también obligaron a modificar el itinerario que estos últimos años ha acostumbrado a recorrer la procesión de la patrona, que partió de la basílica para continuar por Merced, plaza de Santiago, Ancha, Ponce, Guadalete, San Juan de Dios, Alameda de Cristina y Porvera, regresando al templo por Ancha y Merced.
La jornada comenzó bien temprano en la basílica, con la
renovación del voto de la ciudad a su patrona, que estuvo a cargo de la alcaldesa, María José García-Pelayo.
“Ruego tu divina intercesión, patrona nuestra, para que seamos eficaces a la hora de paliar las injusticias; para que sepamos dar respuesta y consuelo a quienes sienten dolor de cuerpo o de alma por falta de empleo, de vivienda, de salud o, simplemente, porque se sienten solos”, dijo la regidora, que
utilizó la expresión “algo tendrá el agua cuando la bendicen” para recordar que los jerezanos se encomiendan a la Virgen de la Merced “desde hace más de ocho siglos”.
También aprovechó para asegurar que el Gobierno que preside sigue trabajando “con la misma ilusión y altura de miras que el primer día”.
“Sé que acertaremos, y que también nos equivocaremos, pero ante todo somos servidores públicos que sabemos que todos unidos avanzaremos hacia adelante, porque en la unidad está la garantía de la prosperidad de nuestra ciudad”, añadió.
Tras la renovación del voto llegaría la
solemne eucaristía oficiada por el obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, con amplia presencia de fieles y devotos de la patrona, que
este año lució el terno completo con el que fue coronada canónicamente, una fantástica obra del taller de Carrasquilla.
Ya por la tarde, al filo de las seis y media, comenzaría su recorrido el largo cortejo que precedió la presencia en la calle de la Santísima Virgen, integrado por las representaciones de la práctica totalidad de las hermandades y cofradías de la ciudad, así como de diferentes congregaciones religiosas. También estuvo presente en la comitiva la Corporación municipal encabezada por la alcaldesa.
Como viene siendo habitual, la Agrupación Musical San Juan fue la encargada de abrir paso a esa larga comitiva.
De regreso a la basílica,
el periodista y cofrade de la Hermandad de las Viñas David Puerto Román tuvo a su cargo el tradicional fervorín, que sirvió para despedir la presencia en las calles de Jerez de la Virgen de la Merced.
Finalizada la pausa del 24 de septiembre, volverán el ruido, los dimes y los diretes de la Magna mariana. Pero al menos por unas horas, la patrona se convirtió en el mejor bálsamo posible para todos esos excesos...