Esto es, al menos, lo que avanzó ayer el diario Gibraltar Chronicle, quien señaló que ésta es la postura que la propietaria de los tanques, Nature Group Reception Facilities, habría adoptado en la reclamación elevada al Gobierno de Gibraltar tras la decisión del ejecutivo del Peñón de suspender en julio su licencia de operaciones.
En este incidente de los tanques resultaron heridos dos trabajadores españoles, uno de los cuales falleció el pasado mes de agosto tras no poder recuperarse de las quemaduras sufridas.
Sin permisos
Nature Group afirma que los dos empleados que trabajaban sobre el tanque en labores de soldadura llevaron a cabo estas tareas sin los correspondientes permisos de trabajo.
La propietaria de los tanques mantiene que el inspector de salud y seguridad de la compañía no habría dado el visto bueno a estos trabajos, que se desarrollaron sobre un tanque que contenía residuos oleosos.
Eso sí, el Gibraltar Chronicle aclara que la empresa reconoce en los papeles presentados ante el Gobierno que la respuesta inicial al fuego originado fue “incontrolada” e “ineficaz”.
El documento presentado por Nature Group explica que la contrata Surmeyca, especializada en reparaciones industriales y marítimas, fue contratada para realizar otra soldadura, que sí contaba con los permisos necesarios.
Sin embargo, Nature apunta que, “a pesar de que se trataron futuros trabajos”, incluyendo los que los dos soldadores finalmente llevaron a cabo, ningún permiso fue concedido a miembros de Surmeyca para llevar a cabo estas labores, a la par que esos futuros trabajos no fueron programados. Además, la compañía alega que los tanques no fueron drenados, lo que provocó el fuego.