Sin embargo, si en otras ocasiones el Algeciras ha ofrecido a su afición buen juego cuando era lo que se esperaba del equipo, ayer fue el turno del pundonor y del sacrificio, demostrando que el equipo, además de reforzar el juego en grupo, está consolidando sus aspiraciones en la categoría.
Y este partido de choque y de juego duro fue el que se reflejó en la primera parte, en la que los dos equipos se midieron con excesivos y reparos, y donde fueron pocas las ocasiones de gol en una y otra portería, llegando al descanso con un cero a cero que se correspondía con el guión preestablecido en el terreno de juego.
El segundo tiempo no comenzó diferente del primero, ya que el duelo de titanes entre dos de los equipos más fuertes del grupo hizo que el fútbol quedará más desplazado, con balones largos y juego aéreo con el que los dos clubes trataban de romper la fuerte presión rival.
Y tuvo que ser en un penalti, en el minuto 53 de partido, cuando el Algeciras puso el gol en el marcador, un gol como visitante en un campo muy complicado, y que Javi Chico supo materializar de forma efectiva.
Un saldo, el de la ventaja goleadora, que resultó tan importante como difícil de mantener, ya que al mismo le sucedió una aumento de la presión ofensiva del Pozoblanco, que llegó a asediar en momentos del partido la portería de Mateo.
Finalmente, victoria del Algeciras que cotiza alto su nombre en la categoría, y que se afianza en la cuarta posición de la tabla, en puestos de liguilla, manteniendo la ilusión de una afición que se está volcando con el centenario club.