Aestas alturas del mes de junio el Xerez lo que necesita son soluciones y no decisiones que en absoluto van a beneficiar y sí van a enmarañar más un escenario ya de por sí poco claro. El anuncio de la presentación de una querella contra García-Pelayo y Saldaña, no solo por las últimas declaraciones sino por algunas posibles actuaciones a la hora de establecer la ruta de los convenios a firmar con la Fundación, no viene a solventar absolutamente nada sino a darle un tinte político a una situación angustiosa como la que vive el Xerez y que, a priori, no debe debatirse en los foros políticos, que demasiado tienen con la que está cayendo, sino sobre la realidad de los despachos y de la sociedad anónima. Y esa realidad va en todas las direcciones. Bien harían los propios gestores municipales en callar y ver cómo pasan los acontecimientos porque, por mucho que se hable, el futuro no depende de lo que se diga o se deje de decir sino que depende en exclusividad de los accionistas mayoritarios, que pueden ser Luz Costa o Energy o ambos en comandita vaya usted a saber. Y bien harían los gestores del Xerez o los empresarios afines al Xerez en centrar todos sus esfuerzos en salvar la situación, en levantar los embargos de Hacienda y en preparar una ampliación de capital y no perder el tiempo en judicializar más el club. Porque el tema de la subvención no tiene el favor popular.