La firma del contrato entre el Obispado de Asidonia-Jerez y Tragsa constituyó ayer el reinicio formal de las obras de rehabilitación de la iglesia de Santiago, que podrían comenzar a lo largo del día de hoy, según avanzó el presidente de la empresa pública, Miguel Jiménez de Córdoba.
La situación del edificio no ofrece margen para mucho más y, de hecho, Jiménez de Córdoba admitió que la empresa no podrá trabajar a su “ritmo”, sino que deberá hacerlo “con la rapidez debida y bien”.
En cualquier caso, el presidente de Tragsa dejó claro que la celeridad con la que va a acometerse la rehabilitación no afectará a la calidad final del trabajo. “Vamos a echar el resto para que la obra quede fantástica, porque es nuestra obligación y porque además cada obra que ejecutamos es una referencia para la siguiente”, añadió.
Las obras “comienzan ya”, e incluso es posible que los “primeros pasos” se den hoy mismo. De hecho, ya se ha fijado un cronograma con esas primeras labores que deberán de ejecutarse, como la retirada de escombros o la limpieza general del edificio.
Jiménez de Córdoba admitió la dificultad de la empresa, por cuanto no se trata de abordar “aspectos bonitos o estéticos” de la iglesia, sino de su estructura, que se encuentra “en una situación muy preocupante y con posibilidad de que se produzca un colapso”.
Los trabajos previos con el arquitecto que va a dirigir la rehabilitación, Emilio Yanes, permiten que Tragsa tenga “muy claro” lo que debe hacer, siendo ahora el objetivo ejecutar esas actuaciones “bien y con rapidez”.
Las obras cuentan con un plazo de ejecución de catorce meses, siendo intención de la empresa no sobrepasar en ningún caso los mismos e incluso, si es posible, acortarlos. Los trabajos han sido presupuestados en 2,4 millones de euros, que deben ser aportados desde el Obispado.
