El tiempo en: Málaga

Jerez

“Eloísa es una obra sublime de Poncela en la que todo es confusión”

El actor jerezano Andrés Requejo debuta esta semana en el Teatro Villamarta como protagonista del clásico de Jardiel Poncela, Eloísa está debajo de un almendro

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • El plantel de Eloísa está debajo de un almendro -

Andrés Requejo (1979) es un actor de teatro jerezano, aunque nacido en Santa Cruz de Tenerife, y afiancado desde hace años en Madrid, que protagonizará el próximo 31 de enero en el Teatro Villamarta, a través del papel de Fernando Ojeda, la obra máxima del dramaturgo Jardiel Poncela, Eloísa está debajo de un almendro. 

Bajo la dirección de Mariano de Paco Serrano y la adaptación del propio bisnieto de Poncela, Ramón Paso, la compañía traerá a Jerez  el humor absurdo y el thriller más cómico, tan característico de Poncela, a través d e una puesta en escena casi futurista y propia de manicomio, como explica Andrés Requejo.

Finalizando la gira de esta obra,  Requejo ha querido hablar de la situación actual del teatro en la sociedad y  de suprofesión, así como también, cuenta unas breves pinceladas de lo que se podrá ver el próximo jueves, 31 de enero, en el Villamarta.

Andrés Requejo

 

¿Jerezano, tinerfeño o madrileño, dónde se encuentra el corazón de Andrés Requejo?

—Soy jerezano, aunque no haya nacido aquí. Mis padres sí nacieron en Jerez, pero tuvieron que marcharse a Tenerife y hasta los siete años no pudimos volver a Jerez. Luego estudié Traducción e interpretación en Málaga, algo de lo que nunca me arrepentiré, y  me transladé a Madrid para estudiar arte dramático con Juan Pastor. Llevo años viviendo en Madrid, aquí está centralizado todo el trabajo referente a los escenarios, pero siempre me sentiré jerezano.

¿Por qué te decantastes por la actuación? ¿En qué momento sentistes “la llamada”?

—Siempre estuve muy ligado al mundillo de la farándula y la interpretación, desde pequeño actuaba con la compañía de teatro del instituto y nos presentábamos a los certámenes de jóvenes actores que había en Jerez, pero no fue hasta que terminé la carrera cuando me decidí a realizar lo que siempre había soñado, el teatro. Se puede decir que siempre sentí la llamada aunque en un momento de mi vida decidí no escucharla, pensé que estudiar una carrera tendría más salidas, algo que me ha dado un gran bagaje cultural y muchas experiencias..

¿Qué le dirías a alguien que quiere iniciarse profesionalmente en el mundo del arte dramático?

— Pues que si late dentro de ti ese deseo tan vocacional como es el teatro, que lo escuches y lo mimes, pero también que te formes, que leas y  vayas al teatro con asiduidad. Sobre todo, que potencies lo más importante, la imaginación.

¿Crees que la sociedad está falta de cultura dramaturgia, concretamente los jóvenes?

—Creo que la sociedad, en general, conoce poco el mundo del teatro, pero no es sólo un problema de los jóvenes. De hecho, pienso que la generación millenial tiene más respeto y admiración por este mundo, al menos hay un mayor acercamiento. El teatro nunca ha muerto ni morirá. Pero hace falta enseñar desde pequeños a reconocer este arte, pues quien no conoce no puede amar.

Imagina que arte dramático fuese una asignatura obligatoria en colegios e institutos.

—¡Me encantaría!creo que contribuiríamos a formar una generación más empática y cultivada. Pues el teatro, al fin y al cabo, es representar un personaje totalmente diferente a tu persona, así el niño podría ver realidades muy distintas a la suya habitual.

¿Esta será tu primera vez en el Teatro Villamarta?

—Así es, he actuado en diversos teatros de todo el país, pero es la primera vez que subiré a este escenario, además de una obra tan especial como Eloísa está debajo de un almendro.

¿Con qué se podrá encontrar el espectador el próximo jueves?

—Con una obra disparatada y muy divertida. Una mezcla curiosa de sentido del humor y misterio, que aúna los dos conceptos que mejor sabía realizar el dramaturgo Jardiel Poncela, pionero del teatro de lo absurdo en Europa. El argumento de la obra gira en torno a estos dos matices en el que la familia de los Briones aún guarda el recuerdo de un crimen pasado que les hizo perder, aun más, la cabeza y que con ayuda del amor de Fernando Ojeda, el cual encarno,  y Mariana Briones se irán desvelando todos los misterios que conciernen a estas dos familias enfrentadas desde hace años. Todo un caos de confusión y locura de principio a fin.

¿Qué ha significado para ti ponerte en la piel de Fernando Ojeda?

—Meterme en la cabeza de Fernando Ojeda ha sido una auténtica locura. Me encanta su personaje, como piensa, como actúa, todo. Estoy muy agradecido de interpretar este personaje

¿Qué es lo que tiene de diferente esta puesta en escena de las demás compañías que han representado la  misma obra?

—Lo primero que podemos encontrar es que la  adaptación del texto se ha hecho desde el más riguroso respeto, Ramón Paso, bisnieto de Jardiel Poncela, es un gran estudioso de las obras de su bisabuelo, por lo que el rigor ha sido exhaustivo. También, Mariano de Paco ha llevado a cabo una dirección muy fidedigna, pero, por supuesto, teniendo en cuenta al espectador del siglo XXI. Pensamos que esta obra tiene más conexión con la sociedad contemporánea que con los espectadores que vieron la primera función en los años cuarenta, puesto que era considerada muy adelantada para su tiempo. Se ha ido buscando una propuesta que fuera acorde con nuestro tiempo, y lo que se ha conseguido es una puesta en escena muy visual y contudente. Tenemos un escenógrafo increíble como es Felipe de Lima, que ha conseguido obtener un punto futurista y casi de manicomio a través de un juego de luces que aporta un plus de excentricidad a lo que ya de por sí tiene la obra. Por otro lado, también s epuede observar la unión que hay entre los compañeros, estamos finalizando una producción que ha durado casi dos años. Somos en total diez actores en escena, todos ellos aportan un toque diferente, pasando por la mediática Soledad mallol, hasta el último en inicarse en el arte dramático. Tengo claro que cuando el espectador se siente a ver la obra se enganchrá desde el minuto uno.

¿Qué tienes pensado hacer después de terminar esta producción?

—Tengo pensado seguir con proyectos personales, concretamente con Elegy, una producción que me ha dado muchísimas alegrías, entre ellas haber conseguido en 2015 el premio Godot a mejor intérprete. Tampoco descarto descansar, tener tiempo para mi mismo y meditar. Después de una gran gira llega el momento de desconectar.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN