Aunque Cabify y Uber, las grandes plataformas de las VTC aún no han llegado de forma organizada y la situación todavía no se ha enconado con conflictos como los que se viven desde esta semana en Madrid y Barcelona por las protestas de los taxistas, en la provincia gaditana empiezan a estar alerta, especialmente en ciudades de más habitantes como Jerez. En Andalucía, estas grandes empresas empezaron en Málaga, siguieron en Sevilla, Córdoba y al final Granada. “La lógica dice que la próxima será la siguiente población andaluza por número de habitantes y ahí tenemos a Jerez. Si este dato sirve de orientación para que una empresa multinacional opere allí, con el añadido de que Jerez tiene un aeropuerto, no cabe duda de que es una golosina. Sólo es una predicción y yo espero que no ocurra, pero sí es algo que se ha hablado con los compañeros de Jerez para que estén atentos porque puede ocurrir”, advierte Miguel Ruano, presidente de la Federación Andaluza de Autónomos del Taxi (FAAT).
En Jerez, el presidente del Teletaxi, Luis Gonzaga González, admite que esta posibilidad existe, aunque precisa que en estos momentos “no hay pastel para repartir” por lo que está tranquilo. Jerez tiene 178 licencias de taxis, número excesivo para la localidad, según admite el propio sector, que estima que sobran entre 25 y 30. Es además una ciudad donde el trabajo se centra en las carreras cortas, lo que no la hace demasiado atractiva para las VTC. En esta localidad no hay un gran conflicto entre ambos sectores.
Gonzaga señala como punto de fricción el hecho de que las VTC estén operando en el Aeropuerto de Jerez, aunque no lo hacen con las plataformas Cabify y Uber. Sí se provoca una merma en los ingresos de los taxistas, pero poco más. No hay, por tanto, motivos para adoptar medidas de presión. Tampoco en Cádiz y Algeciras, las otras dos grandes localidades de la provincia, hay tensión. Ahora bien, esta falta de conflicto no motiva de que las asociaciones de taxistas de la provincia reclamen una regulación del sector.