En concreto, en el año 2008 fueron exactamente 42 los municipios en los que hubo días de “situación no admisible” de contaminación atmosférica.
Por delante incluso de las ocho capitales de provincia, es El Ejido, en Almería, de gran tradición agrícola, el que registró más jornadas con esta problemática, 112 por la existencia de partículas en suspensión y 16 por la concentración de ozono, según ABC.
En San Roque, en 17 días de 2008 tuvo problemas relacionados con emisiones de NO2 (óxido de nitrógeno). Le sigue La Línea, con 13 días; Los Barrios, con 10 y Algeciras con ocho. Lo que arroja un total de 48 días en ese ejercicio, superando a la Bahía de Cádiz (con 42 días) y a la zona de Jerez (con 42).
Mientras, municipios de Huelva, donde se ubican industrias químicas y cementeras, como Palos de la Frontera y Niebla, padecen asimismo episodios de contaminación atmosférica, sufriendo graves emisiones de SO2 (dióxido de azufre).
Incidencia en la salud
Ambos gases, además del ozono y las partículas en suspensión, tienen una especial incidencia en la salud de las personas y contribuyen en mayor o menor grado al calentamiento de la tierra y en última instancia al cambio climático. En la relación estadística publicada por ABC no aparecen los valores relativos al dióxido de carbono (C02), por su relativa incidencia directa en la salud. Sin embargo, en la la práctica es uno de los gases que más influye en ese fenómeno.
En el marco del Plan Andaluz de Acción por el Clima, la Junta prevé una importante reducción de sus emisiones, de 8 toneladas per cápita a 6,5 en el año 2012.
Según el ex director de la Estación Biológica de Doñana y miembro del comité de expertos que asesora al Consejo de Europa en materia de conservación de la biodiversidad y cambio global, Miguel Ferrer, la situación de El Ejido durante el pasado año, y también en los anteriores aunque con menor grado, guarda una estrecha relación con el uso de productos para los tratamientos agrícolas.
El hecho de que durante los últimos años se repitan la inmensa mayoría de los municipios con problemas de contaminación atmosférica demuestra, indicó Ferrer, “que la eficacia de las medidas que se puedan estar adoptando son más que discutibles”.
Con respecto a las emisiones de CO2, Ferrer explicó que “España las ha incrementado en un 54 por ciento desde que firmó el protocolo de Kioto”, en diciembre de 1997, al contrario de lo que está haciendo la Unión Europea de forma global.
Ante tales circunstancias manifestó que “la tradición que se ha instalado en la cultura española -dijo- es que firmamos lo que nos pongan por delante porque tenemos la clara intención de no cumplirlo”, concluyó.