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La escritura perpetua

Aznar

Con el paso del tiempo y los aires de poder del Palacio de La Moncloa, se asentó en su aumentativo y hasta se permitió poner los pies sobre la mesa

Publicado: 10/03/2021 ·
11:01
· Actualizado: 10/03/2021 · 11:01
  • Aznar. -
Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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José María Aznar fue un político automático. Repetía automáticamente frases como “váyase señor González” o “España va bien”, desde su rostro imperturbable con bigote de presidente que ya era como su futura estatua de piedra. Ahora se cumplen 25 años desde que ganara las elecciones al PSOE -la “dulce derrota”, que dijo Alfonso Guerra- y Aznar se llevó la pasada semana a Pablo Casado a darle consejos en un acto en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Pero Aznar llegó a presidente tras ser nombrado a dedo por el ‘fragafranquismo’ que capitaneaba don Manuel desde dentro de sus pantalonazos sujetos con tirantes con los colores de la bandera de España, y en aquellos años, Francisco Umbral lo llamaba Aznarín. Escribió Umbral a principios de los 90 en el libro ‘La Derechona’: “Aznarín es un señor que vive en diminutivo, existe en diminutivo y habla en diminutivo. En cambio, se ríe en aumentativo”.  

Con el paso del tiempo y los aires de poder del Palacio de La Moncloa, José María Aznar se asentó en su aumentativo y hasta se permitió poner los pies sobre la mesa para aquella foto junto a Bush y Blair mientras intimidaban en torno al belicismo en la política internacional, que tantos disgustos costó. Aznar creó la aznaridad, que consistió en una política en aumentativo y, ya está dicho, con muchos automatismos, nunca centrada ni centrista, sino derechona en estado puro. En el mencionado acto en la Francisco de Vitoria alguien reprochó a Aznar que pactara con Jordi Pujol sin percatarse de que el president estaba tejiendo sibilinamente la madeja que hoy ha convertido a Cataluña en un lodazal político. Albert Boadella, director de ‘Els Joglars’, sin embargo, detectó a Pujol inmediatamente, como refleja la sensacional obra teatral ‘Ubú president’.

Ha concedido Aznar estos días una amplia entrevista televisiva a Jordi Évole, pero Iñaki Gabilondo se jubila sin que Aznar aceptase nunca que lo entrevistara. Aznar anda reivindicando su mandato, incluso en terceritas del ‘ABC’, pero completamente ajeno a cualquier atisbo de autocrítica. Porque él hizo en política muchas de las cosas que ahora critica a Pedro Sánchez. Una remota mañana, en un viaje a Estados Unidos, Aznar concedió unas declaraciones a los periodistas españoles allí deslazados, y lo hizo con un sorprendente acento texano. Entonces todos comprendieron que Aznarín se había convertido ya en José María Aznar, porque incluso, según confesión propia, hablaba catalán en la intimidad.

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