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Manuel Moreno y sus murales como alternativa al arte urbano actual

Un joven pintor malagueño que da más importancia a la interpretación de la obra para que trascienda y no se quede en la "belleza o lo estético"

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  • Ante su última creación. -
  • Su obra más llamativa es "Supervivencia", creada en un edificio singular, un silo de Fuente de Piedra
  • Se muestra crítico al considerar que las ideas que trata el mundo de la pintura son "bastante básicas e infantiles"

El arte permite expresar ideas o sentimientos e incluso evadirse de la realidad, pero además el creador puede tener una intencionalidad añadida, es el caso de los murales de un pintor de 23 años, que los ejecuta como una alternativa al género urbano actual y que suma ya cuatro en ámbitos rurales.

El joven malagueño Manuel Moreno da más importancia a la interpretación de la obra -que trascienda y no se quede en la "belleza o lo estético"- y ha lamentado en una entrevista con EFE que hoy en día se exija mucho volumen de producción, con lo que está en desacuerdo al considerar que las ideas que trataría serían "muy básicas".

Al crear sus obras parte de la idea inicial de quienes le encargan el trabajo, aunque intenta desvincularse un poco para tratarlas "libremente" sin desprenderse del desafío de tener que encontrar una simbiosis que recoja ambos planteamientos.

En el silo de Fuente de Piedra.


ARTE POR LA SUPERVIVENCIA DE LOS PUEBLOS

Su obra más llamativa -la última- es "Supervivencia", creada en un edificio singular, lo que fue un silo (almacén de granos) en Fuente Piedra -localidad situada en el norte de la provincia de Málaga-, una pintura que cubre todas las paredes exteriores de esta construcción con una gran vistosidad al extenderse por un perímetro total de 72 metros y tener una altura de 24 metros.

Representa -según ha explicado a EFE- a una mujer que, al envejecer, se da cuenta de que con el paso del tiempo los pueblos "se mueren" y luchan por sobrevivir; aparecen también flamencos, de los que destaca uno en la pared frontal de grandes dimensiones, pues se trata de un ave muy presente en el cercano paraje natural de La Laguna de Fuente de Piedra.

Moreno empleó cinco semanas de verano en materializarlo, desde que salía el sol hasta que se perdía la luz, y pintaba subido a una estructura con un sistema de poleas, que más tarde sustituyó por una grúa para acabar con los retoques.

Sus herramientas de trabajo fueron rodillos y pinceles que trazaban y daban forma a la obra con colores que transmitan "armonía" y son acordes a las características del lugar, como el marrón, azul y verde.

INFLUENCIA LITERARIA Y FILOSÓFICA

Manuel Moreno se muestra crítico al considerar que las ideas que trata el mundo de la pintura son "bastante básicas e infantiles" y tiene más referencia de la literatura y de la filosofía a la hora de trabajar sus conceptos.

En una obra anterior alude al paso del tiempo a través de una misma persona "desde que es joven hasta que es anciana" con cambios de luz para reforzar que envejece; en otro mural trató de la vendimia y reflejó un bodegón que se ve "desde diferentes puntos de vista", creación que parte del movimiento artístico cubista.

Otro reto fue reflejar a un deportista obviando "la postura del observador" y centrarse en dos valores "fundamentales" como la concentración y la inteligencia.

Suele experimentar técnicas y hace maquetas "a menor escala" para asegurarse de que el resultado sea el previsto, ya que -precisa- un mural no es como un cuadro, y confiesa a Efe que el hecho de hacerlo en lugares vistosos, sin mucho margen de error, es un "plus de adrenalina".

Una forma de arte diferente.



El joven Moreno quiere tener su propio estilo -aunque utilice recursos estéticos de otros artistas para plasmar ideas diferentes- y volar con su arte, que considera como la "verdadera libertad", además de defender que -a veces- "hay que salirse de las normas". 

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