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Los ?camisas rojas? piden la mediación de la Unión Europea

El ministro de Asuntos Exteriores de Tailandia, Kasit Piromya, aseguró ayer que su Gobierno controla la situación, después de mes y medio de protestas antigubernamentales en Bangkok que han causado 27 muertos y 1.000 heridos, por lo que rechazó la ayuda exterior.

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  • Policías tailandeses vigilaban ayer la sede del Parlamento mientras el primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, se encontraba en su interior. -
El ministro de Asuntos Exteriores de Tailandia, Kasit Piromya, aseguró ayer que su Gobierno controla la situación, después de mes y medio de protestas antigubernamentales en Bangkok que han causado 27 muertos y 1.000 heridos, por lo que rechazó la ayuda exterior.

“No hay necesidad de intervención internacional en este momento”, manifestó el jefe de la diplomacia tailandesa en rueda de prensa en Yakarta, y subrayó que los disturbios son “fundamentalmente un asunto interno”.


Las palabras del ministro tailandés responden a la decisión anunciada por el Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, el organizador de la protesta, de solicitar a la Unión Europea (UE) el envío de observadores a Tailandia.

Los seguidores del Frente, conocidos como los camisas rojas, provienen en su mayoría de las zonas rurales del norte y noroeste del país, las de mayor densidad demográfica y feudos de los testaferros del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto en 2006 y condenado en rebeldía en 2008 a dos años de prisión por corrupción.

Exiliado y prófugo de la justicia tailandesa, el multimillonario Shinawatra guía y financia desde un país de conveniencia las protestas de los camisas rojas, que exigen la dimisión del Ejecutivo, la disolución del Parlamento y la convocatoria inmediata de elecciones.

La capital tailandesa respiraba ayer una relativa calma con los manifestantes atrincherados en su campamento ubicado en el corazón comercial, tras los enfrentamientos librados el miércoles, que causaron un muerto y 19 heridos.

Mientras, el frente conservador de los llamados camisas amarillas exigió ayer al Gobierno y Ejército mano dura con sus rivales, los camisas rojas.

La reincorporación al revuelto escenario político de los camisas amarillas, que a finales del 2008 crearon el caos con la toma de los dos aeropuertos de Bangkok, acrecienta el riesgo de nuevos brotes de violencia en la capital.

A lo largo del día, los camisas amarillas se manifestaron ante las puertas de unos cuarenta acuartelamientos del país y de Bangkok, en su primera acción desde que los manifestantes rojos reanudaron las protestas a mediados del pasado marzo.

“La crisis se ha extendido rápidamente e intensificado hasta convertir a Tailandia en un estado en anarquía”, denunciaron los camisas amarillas en sendas misivas dirigidas al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, y al jefe del Ejército, general Anupong Paochinda.

Chamlong Srimuang, un ex gobernador de Bangkok y general retirado que lleva una vida espartana al tiempo que lidera la Alianza del Pueblo para la Democracia, dijo a la prensa a su salida del cuartel, que había recordado al Gobierno y al Ejército su obligación de restablecer el orden, y advirtió que el número de víctimas aumentará si no se actúa con rapidez contra los “camisas rojas”.

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