Opinión: Una ley para no dormir

Publicado: 13/10/2023
Carmen Manzano, presidenta de la Scciedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga analiza la nueva Ley de Protección Animal entrada recientemnte en vigor
Asistimos a la entrada en vigor de una ley descabalada, que deja muchas cuestiones a posterior reglamento, como el famoso curso online para los que adopten o compren perros y el seguro; curso y seguro que no es obligatorio para cazadores o ganaderos, dicho sea de paso.

Una ley que deja fuera de su ámbito a los perros de caza y guarda, a los perros de rescate y terapia, a los animales de renta, como los burritos de Mijas o los caballos de las calesas, a los animales de experimentación, a los animales de circos, zoos y delfinarios; una ley que sigue permitiendo las peleas de gallos, en Andalucía y Canarias, que permite el tiro al pichón y por supuesto, dejando fuera igualmente a todos los animales empleados en espectáculos taurinos, ¿se le puede llamar ley de protección y bienestar animal? ¿no sería mejor llamarla ley de protección y bienestar de cazadores y ganaderos?

Para organizar esta ley de desprotección animal, se crean algunos chiringuitos, como el Consejo Estatal de Protección Animal, presidido por una persona agraciada con el rango de Director General; paralelamente, se crea un Comité Científico y Técnico para la Protección y Derechos de los Animales, que depende el Consejo Estatal.

Tenemos también un capítulo dedicado a Estadísticas sobre maltrato animal, pero, ojo al parche, solo relativo a los animales de compañía.

Y nos vamos al Título III, que es el de la tenencia y convivencia responsable con los animales. Este desarrolla una serie de obligaciones como la esterilización, que estén sanos, cuidados, educados y manejados sin sufrimiento, no dejarlos en vehículos cerrados, darles alimentación y cuidados veterinarios, comunicar si se pierden, prohibido maltratarlos, abandonarlos, utilizarlos en espectáculos públicos, someterlos a trabajos inadecuados, alimentarlos con vísceras, usarlos como reclamo o premio de rifa, utilizarlos en peleas, su sacrificio sin justificación, mantenerlos atados, o en  sótanos, transportarlos en malas condiciones, llevarlos atados a vehículos a motor en marcha etc…

Y lees la ley y te dices “vaya, pero si yo no hago nada de eso  que prohíben con mi perro/a “ y tienes toda la razón, y es   que los que hacen, son mayoritariamente cazadores y ganaderos, que están exceptuados de todo eso, porque están fuera del ámbito de la ley, que ya se han preocupado de conseguirlo, demostrando una vez más del poder del lobby cazador y taurino y el pesebreo de los políticos.

Y añado, ya como persona con perros en casa: si alguien intenta hacerle algo malo a mis perras, no necesito ninguna ley que las proteja, me basto y me sobro conmigo misma.

Lo único positivo de esta ley, es el capítulo dedicado a las colonias de gatos y a los criadores; también hay que recordar que el CER (cogida, esterilización y retorno a su colonia) de las colonias de gatos lleva tiempo ya aplicándose en numerosos ayuntamientos, por lo que prácticamente, se ha legalizado lo que se llevaba haciendo.

Sobre los criadores, también los cazadores y los ganaderos tienen patente de corso, ellos no tienen obligación de esterilizar a sus  perros y pueden las hembras seguir pariendo a destajo, que las camadas que no les gusten pues terminarán en un refugio sobre saturado o en un contenedor.

En definitiva, entra en vigor una ley de desprotección animal, que va a causar muchos problemas a refugios y protectoras, porque aumentará en abandono y los refugios ya están colapsados y si en las perreras se prohíbe el sacrificio, tendremos que ver cómo se desarrolla eso, cuando se colapsen.

Muchos interrogantes, mucha disposición ligada a posterior reglamento y muy pocas respuestas es el balance de este despropósito, auspiciado por una Dirección General mal llamada de Protección Animal, que ha pasado de las muchas alegaciones que se han hecho desde las asociaciones animalistas, jurídicas y veterinarias como AVATMA, desoyendo la voz de los sin voz.

 

Carmen Manzano, Presidenta de la Sociedad Protectora de Málaga

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