Los organizadores de una expedición a
Groenlandia que traían un
fragmento de iceberg de 15.000 kilogramos hacia
Málaga han asegurado que esta muestra se
fracturó dentro del contenedor que la trasladaba, al sufrir un accidente la empresa encargada de su transporte y custodia.
La asociación
Ecologistas en Acción criticó el pasado julio esta expedición -denominada "
Desafío Ártico" y en la que participaron el aventurero malagueño Manuel Calvo y cinco adolescentes que habían superado un cáncer- por "despilfarrar energía contaminante" y "contribuir al deshielo del Ártico extrayendo un iceberg de 15 toneladas".
Los promotores de la
expedición han afirmado este viernes que la empresa de transporte
se ha hecho responsable del suceso y que, por tanto, no se ha destinado ningún fondo, ni directa ni indirectamente, al traslado del iceberg, que señalan que ya estaba desprendido cuando se tomó.
También han anunciado que el
compromiso de reforestación de árboles para compensar la huella de carbono, tanto por el impacto del viaje como por el traslado del iceberg, sigue en pie y se realizará en 2024 una plantación masiva para equilibrar las emisiones de CO2.
El iceberg
salió el pasado 25 de julio de Groenlandia rumbo a la costa de Málaga como uno de los retos que se marcó la octava edición de esta expedición, que este año se llamó "Desafío Ártico. Operación Iceberg" y que partió el 12 de julio del aeropuerto de Málaga hacia la isla perteneciente a Dinamarca para concienciar sobre el cambio climático.
Debía haber llegado en agosto
El barco que portaba el
contenedor refrigerado donde viajaba el iceberg estaba previsto que llegara a principios de agosto a Málaga, según anunciaron en su momento los organizadores.
Una vez en la Costa del Sol,
pretendían que la ciudadanía pudiera contemplar en primera persona cómo se derrite el iceberg para concienciar sobre el fenómeno del calentamiento global.
El equipo de Desafío Ártico llegó el 14 de julio a Groenlandia, una
travesía en la que visitó el glaciar de Qooqqut, que cuenta con gran número de icebergs, y el glaciar de Qaleraliq, un campamento situado al sur de la isla, en uno de los lugares más inhóspitos del mundo, solo accesible en lancha.
Los participantes en esta expedición vivieron de primera mano las
consecuencias del cambio climático, al observar el retroceso de glaciares y el deshielo.
Documentar el calentamiento global
El viaje, que contó con la colaboración de la Diputación Provincial de Málaga y la
Fundación Dingonatura, tenía como objetivo documentar y alertar sobre los efectos del calentamiento global en el Ártico, que se calienta casi
cuatro veces más rápido que el resto del mundo.
Los ecologistas reprobaron esta aventura, mientras desde la expedición defendían que traer el iceberg buscaba concienciar a la población sobre el calentamiento global al contemplar, en primera persona, cómo se derrite este trozo de hielo.
El proyecto Desafío Ártico ha anunciado este viernes que comenzará el 7 de noviembre una
campaña de educación medioambiental en torno a la expedición, que incluye la grabación de un documental sobre la aventura y cuyo objetivo es fomentar entre el público infantil y juvenil la concienciación sobre el cuidado de mascotas y la protección del medioambiente.
La expedición acordó con la Fundación Polar Española
campañas de concienciación en centros educativos y el vicepresidente de Infraestructuras y Territorio Sostenible de la Diputación,
Cristóbal Ortega, ha señalado que el principal objetivo del proyecto es concienciar a la población sobre los efectos que el cambio climático genera.