El ministro serbio del Interior, Ivica Dacic, declaró que las detenciones se llevaron a cabo en pasos fronterizos serbios del norte y oeste, y que otros dos autobuses estaban siendo registrados a la entrada en el país. Otro hinchas fueron arrestados en Italia.
Hasta ahora, han retornado unos 530 aficionados de unos 1.800 que habían ido a Génova, y de los que unos centenares provocaron violentos enfrentamientos en las gradas del estadio, en el centro de la ciudad, contra las fuerzas del orden italianas y contra el guardameta de la selección serbia, Vladimir Stojkovic.
El Consejo nacional de Seguridad, el máximo órgano de seguridad del país presidido por el jefe del Estado, Boris Tadic, se ha reunido para analizar la situación después de la actuación de la hinchada en los días pasados "en Belgrado y en eventos deportivos".
El consejo autorizó a la policía el uso de "absolutamente todos los poderes legales para preservar la seguridad general" en caso de incidentes violentos y aseguró que la situación en el país es estable, pese a los intentos de esos grupos de crear desestabilización.
Las organizaciones deportivas de Serbia condenaron los incidentes de Génova que han causado un gran daño al deporte serbio y las autoridades de Belgrado se mostraron avergonzados por la violencia de los hinchas radicales en Italia.
Éstas aseguraron que entre los grupos ultras existe una campaña para sabotear el acercamiento del país a la Unión Europea (UE).
Los incidentes violentos de Génova ocurrieron sólo dos días después de que en Belgrado más de 6.000 manifestantes extremistas, en su gran mayoría jóvenes, causaran destrozos en el centro de la capital y atacaran durante varias horas a la policía, que protegía la primera marcha del movimiento homosexual "Orgullo Gay".