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Más restricciones por la sequía: la capital reducirá la presión de agua en toda la ciudad

El objetivo planteado desde Emasa es la reducción de un 20 por ciento en el consumo de agua

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  • Emasa en una imagen de archivo. -
  • La bajada, que ya se está aplicando en algunas zonas con una minoración de caudales que llega hasta el 50%, se hará de forma gradual

El Ayuntamiento de Málaga extenderá a toda la ciudad la reducción de la presión del agua que suministra a los ciudadanos como medida ante la sequía para ahorrar un 20 % del consumo, lo que hará de forma gradual durante unos cuatro meses, y apenas será percibida por la mayoría de usuarios.

Esa bajada ya se está aplicando en algunas zonas con una minoración de caudales que llega hasta el 50 %.

La medida llega cuando Andalucía se prepara para afrontar un verano con restricciones de agua muy previsibles en capitales como Málaga, Sevilla y Córdoba, así como en otras grandes ciudades del litoral, ya que tendría que llover de forma intensa durante un mes seguido para evitarlo, lo que parece utópico según las previsiones.

El presidente de la Junta andaluza, Juanma Moreno, considera la situación alarmante, con una sequía de "extrema gravedad", tras unos últimos meses "pésimos" en cuanto a las precipitaciones registradas.

El consistorio de la capital malagueña ha efectuado un llamamiento a la ciudadanía para que modere el consumo y recuerda la vigencia del bando que prohíbe usar agua potable para baldeo, riego de jardines, lavado de coches fuera de establecimientos autorizados o llenado de piscinas privadas.

El Ayuntamiento de Málaga tiene en marcha un plan para rebajar de forma gradual la presión del agua que se inyecta en las redes de toda la ciudad para seguir reduciendo el consumo ante la situación de excepcional sequía declarada para el Sistema Guadalhorce-Limonero sin tener que llegar a aplicar restricciones.

Los caudales de agua se reducen un 50 %

Esta regulación ya se está realizando en horas valle y de menor demanda, principalmente por la noche, en zonas donde la presión es mayor y las viviendas tienen menos altura (a más presión en las tuberías, mayor potencialidad de cantidad de agua fugada), obteniéndose una minoración de caudales dispuestos que llegan incluso al 50 %.

Esta medida se extenderá progresivamente a la práctica totalidad del centenar de sectores en los que se estructura la ciudad con la previsión de completar el plan en cuatro meses y la estimación de que se podría reducir el consumo en torno a un 20 %.

En paralelo, también se avanza en proyectos para aumentar las aportaciones alternativas a los embalses mediante un mayor aprovechamiento de pozos del Bajo Guadalhorce y del freático, reducir las fugas en la red, optimizar la capacidad de tratamiento de la desaladora de El Atabal y potenciar el uso de agua regenerada.

El plan de regulación de presiones se considera más efectiva que los cortes de agua por el mayor ahorro que supone al evitar que los usuarios hagan acopio antes de las interrupciones en el suministro, así como porque esa menor presión también lleva aparejado que se emplee menos agua al abrir el grifo.

Además, se esquiva el riesgo de roturas y averías que pueden provocarse en las tuberías vacías cuando vuelven a entrar en funcionamiento.

Para rebajar la presión, es necesaria la instalación de válvulas reguladoras junto a los medidores de caudales de las conducciones que suministran a cada zona, lo que requerirá obras en esos puntos, aunque ya se han implantado en una veintena de sectores, cuya puesta en marcha está pendiente de instalar dispositivos de control para su activación, mientras está previsto que el próximo mes se reciban otros 50 equipos para el resto de los sectores. 

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