El
Málaga CF se resiste a no soñar con el
ascenso directo. Mientras las matemáticas no digan lo contrario, es posible. El empate ante el Atlético Sanluqueño pudo parecer un paso atrás, teniendo en cuenta la derrota del Castellón, pero no deja de ser un punto recortado.
La ocasión es propicia para
seguir recortando. Primero, porque los
orelluts recibirán este sábado a un Cordoba CF que es ahora mismo el equipo más en forma de la categoría, y segundo, porque el Málaga juega en casa.
La Rosaleda es, y debe seguir siendo, un
fortín por lo que resta de temporada. El Intercity, rival de este domingo a las 12.00 horas, llega con una
buena dinámica que le ha permitido situarse octavo, a seis puntos del play off.
Sin embargo, Sergio Pellicer
recupera para la causa a dos de sus piezas fundamentales:
Manu Molina y Roberto Fernández. Ambos han entrenado esta semana con normalidad y podrían ser de la partida si el míster lo considera oportuno.
Las victorias en los últimos partidos en Martiricos ante Atlético Baleares, UD Ibiza y Recreativo de Huelva invitan al optimismo.
El Templo volverá a lucir una imagen espectacular, con miles de malaguistas remando juntos para sumar otros tres puntos que ya dejarían al equipo con 55 y un pasito más cerca de convertir eso que ahora mismo es un sueño en realidad.