Algunos vinieron a España para buscar una vida mejor, otros para disfrutar de sus vacaciones, hubo quien cruzó el Atlántico para hacer el Camino de Santiago y algún otro dejó un país seguramente más próspero para empezar una vida radicalmente distinta. Una muerte violenta frustró sus esperanzas.
A lo largo de los años la crónica negra en España también se ha escrito con nombres extranjeros, como Denise, Alexandra, Martin, Lucrecia, Marcos... Personas a las que alguien arrebató sus vidas.
Las últimas vacaciones de Alexandra Lily
Alexandra Lily era enfermera en el hospital Santo Tomás de Londres. Tenía 27 años y con otra compañera de trabajo, Ana María Pearson, llegó a Aguadulce (Almería) un agosto de 1991 para pasar unos días de vacaciones.
Fue la noche del 29 al 30 de ese mes, diez días después de su llegada, cuando fue vista por última vez, en concreto, en el pub 'El Australiano', regentado por el británico Ian Welch y su esposa, una mujer española.
Antes de salir de apartamento, en la planta séptima de un edificio de la localidad almeriense, Lily se despidió de su amiga y se fue sola, porque Ana María había quedado con un hombre que había conocido y con el que iba a pasar la noche.
En la mañana del 30 de agosto, un reguero de sangre recorría varias plantas del edificio de apartamentos y llegaba hasta el párking. Lily había desaparecido y nadie dudó de que esa sangre podría ser de ella. Un gran charco de sangre fue descubierto también el apartamento de las jóvenes, que estaba cerrado con llave.
Las fuerzas de seguridad rastrearon la costa, sin éxito, para encontrar el cadáver. Mientras, los dueños del pub fueron detenidos. El juez dejó enseguida en libertad a la mujer y posteriormente a Welf, quien había estado encarcelado en Gran Bretaña por delitos de abuso sexual y por incendiario.
En mayo de 1993 la Audiencia Provincial de Almería archivó las diligencias. A esas alturas, seguían sin pistas sobre el paradero de Lily. La enfermera iba a volver a Londres un día después de su desaparición. Alguien impidió que cogiera ese vuelo pero ¿quién?.
Un crimen racista
Corría el año 1992. España estaba volcada en dos grandes eventos: la exposición universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. Nuestro país se veía desde el otro lado del charco como una oportunidad.
Así se lo pareció a Lucrecia, de 32 años, que había llegado a Madrid desde Vicente Noble, una localidad de la República Dominicana en la que vivía con su marido y su hija. Quería construirse una casa en su país y darle estudios a su hija Kenia, de seis años.
Por eso vino a España, a trabajar en el servicio doméstico. Poco después la despidieron y se fue a vivir, junto con otros dominicanos, a lo que fue la discoteca Four Roses de Madrid, un lugar pegado a la A-6 que había sido muy frecuentado años antes por los jóvenes.
La noche del 13 de noviembre de 1992 un grupo de cuatro skinheads -un guardia y tres chicos menores de 16 años- decidieron darle "un escarmiento a los negros". Una de las balas que salieron del arma reglamentaria del agente acabó con la vida de Lucrecia.
Fue el primer asesinato racista en España. Los cuatro implicados fueron condenados a penas que sumaron 126 años de cárcel.
El caso que inspiró la película As Bestas
Por motivos diferentes y desde un país más desarrollado llegaron en 1997 a Santoalla, una aldea de Ourense, la pareja holandesa Martin Verfondem y Margo Pool. Querían cambiar de vida y estar más en contacto con la naturaleza y allí se instalaron sin apenas vecinos.
Porque poco a poco, la aldea se fue despoblando hasta que solo quedó otra familia, los Rodríguez, formada por Manolo O Gafas, María Jovita, y sus dos hijos, Julio y Juan Carlos.
Al principio las dos familias mantuvieron una muy buena relación. De hecho, en una entrevista a EFE con motivo de la película 'Aas bestas', de Rodrigo Sorogoyen, basada en este caso, Margo Pool contó que "al principio la relación era buena, comíamos juntos, pero poco a poco ésta se deterioró".
Y se deterioró por la gestión de los derechos del monte, una vez que la pareja holandesa descubrió que le correspondía una parte de los beneficios de la venta de madera. La familia Rodríguez ponía trabas a cualquier proyecto de sus vecinos.
Trece años después de haber llegado a la aldea, un disparo con una escopeta de caza acabó con la vida de Martin. Lo realizó Juan Carlos Rodríguez, el pequeño de los hermanos y que sufría una discapacidad mental. Junto con su hermano Julio, llevaron el cadáver al monte y lo quemaron.
Su cuerpo fue encontrado cuatro años después de su desaparición. El autor fue encarcelado.
La última etapa de Denise
Denise Pikka Thiem tenía 41 años. Aunque había nacido en Hong Kong, vivía en Arizona (Estados Unidos). Quiso viajar por el mundo y en Europa decidió realizar el Camino de Santiago impresionada por la película "The way" sobre la Ruta Jacobea que dirigieron sus compatriotas Martin Sheen y Emilio Estévez.
Quería encontrarse a sí misma y en marzo de 2015 inició la ruta jacobea en Pamplona. El 5 de abril, Denise se desvió del camino francés y fue a parar, en León, a las inmediaciones de la vivienda de Miguel Ángel Muñoz Blas, de 41 años.
Pese a que había contado a un amiga, con la que se comunicaba por correo electrónico, que su plan era asistir ese día, Domingo de Resurrección, a la misa de la iglesia de Santa Marta de Astorga, se desvió, quizá movida por la recomendación de un peregrino de que fuera a visitar la localidad leonesa de Castrillo de los Polvazares.
Las flechas del camino, probablemente manipuladas por el asesino, condujeron a Denise a un paraje solitario en el que Muñoz había instalado su casa prefabricada.
El agresor la abordó, la golpeó con un palo hasta la muerte y le cortó las manos para borrar huellas antes de enterrar el cuerpo.
La Policía Nacional no ahorró medios para encontrar a Denise, cuya desaparición denunció su hermano quince días más tarde. Tras una compleja investigación, Muñoz fue detenido y condenado a 23 años de cárcel por el asesinato.
El cuádruple crimen de Pioz
La familia de Patrick Nogueira también llegó a España en busca de una vida mejor. Desde Brasil, se trasladaron a Pioz (Guadalajara). Marcos Campos trabajaba en un restaurante argentino en el centro comercial Plenilunio, en Madrid, vivía en un chalé de esa localidad con su mujer y sus dos hijos de 4 y 1 años
El 17 de agosto de 2016 Patrick Nogueira acudió al chalé mató a su tío y su mujer y los descuartizó; acabó también con la vida de los dos niños y guardó los cuerpos en bolsas de plástico.
Los cadáveres se descubrieron un mes después, en septiembre, cuando un empleado de mantenimiento alertó a los vigilantes de seguridad de la urbanización del mal olor que procedía de la vivienda.
Dos días más tarde el autor abandonó España rumbo a Río de Janeiro, aunque regresó el 19 octubre y fue detenido al desembarcar del avión.
Mientras cometió los hechos mantuvo conversaciones de WhatsApp con un amigo de Brasil.
Patrick era un joven deportista que, como declaró en el juicio su entrenador de fútbol, "nunca tuvo ningún episodio violento, ni de ira ni en lance del juego". "Incluso, si le golpeaban, pedía perdón".
Pero ese mismo Patrick llegó a hacerse selfies con los cuerpos descuartizados de sus víctimas y envió por WhatsApp casi en directo a un amigo frases como esta: "Qué risa, los niños no corren cuando los voy a matar".
Muerte en la caravana
¿Quién mató a la turista francesa apuñalada en su caravana este mes de julio?
Las investigaciones apuntan a que el robo con violencia fue el móvil del asesinato de esta mujer de 63 años, cuyo cuerpo fue hallado el pasado 18 de julio en una autocaravana aparcada en una playa de la localidad castellonense de Alcossebre.
Viajaba sola y su vehículo se encontraba estacionado junto a otros en primera línea de playa en la zona de Cap i Corb de ese municipio.
Al parecer, la semana anterior a su muerte se había registrado, también sola, en un establecimiento hotelero en la provincia de Tarragona. La investigación prosigue.