No es solo la subida de las temperaturas en general, el aumento del nivel del mar o los fenómenos climatológicos adversos más virulentos, es el hundimiento progresivo de la ciudad, es el calentamiento del Mediterráneo, es las elevadas mínimas y sus efectos adversos. Hay mucho, por lo que en Málaga hay que temer al calentamiento del planeta, y de ello sabe el profesor de la Universidad de Málaga Ángel Enrique Salvo Tierra.
El catedrático de Bilogía y experto en la materia, indicó en el espacio de entrevistas 7 Actualidad de 7 TV Málaga, que “lo sabemos”, en referencia al aumento de las temperaturas, que harán de Málaga “un lugar tórrido”, lo que puede provocar, en el horizonte del año 2050 una migración desde la provincia a otras zonas menos calurosas: “somos una de las ciudades que están, como buena parte de Andalucía, muy afectada en estos momentos, demasiado sensibles a la sequedad, pero sobre todo también a la alta temperatura”. Un crecimiento sobre todo, de las temperaturas mínimas “que llevarán a que nos tengamos que plantear o que se tengan que plantear, los que entonces vivan, que tendrán que emigrar a lugares más hacia el norte”, Una realidad, indica, “que nos tenemos que ir planteando y nuevamente planificar, pensar, hay que adaptar la ciudad”.
Pero, ¿de dónde deriva la importancia del aumento de las mínimas en el que hace hincapié Salvo Tierra?: “Son de las que más dependemos. Siempre nos fijamos en las máximas. pero lo que nos permite dormir bien son, precisamente, las temperaturas mínimas. Lo que hace que florezcan y fructifiquen muchos árboles van a ser las temperaturas mínimas. Lo que va a hacer que en buena parte del suelo tenga una vida bajo él va a ser las temperaturas mínimas. Y si no, ahí estamos viendo el resultado lo que ha ocurrido estos dos años, que es que empiezan a morirse los pinos de nuestros alrededores. Y, además, con una mortalidad extraordinariamente elevada que hace replantearse muchas cosas”.
Calentamiento en el mar
Salvo Tierra explica la virulencia con la que se están desarrollando actualmente las danas sobre el Mediterráneo, como la trágicamente ocurrida a finales de octubre en la zona de Valencia: “Un mar que se está calentando a una velocidad tremenda. El mar Mediterráneo es una olla. Y nuestro más cercano, que es una olla todavía más a presión porque es más pequeñita y más profunda”. Y es que, “se está calentando tanto, que está teniendo estos efectos de evaporación (...), que de golpe, hubo una un incremento de temperatura bestiales, que lo que llevan es que se evapore mucha agua del mar y esto, al final termina afortunadamente en una ocasión, en lo que denominamos como taró la niebla que tanto bien nos hace, una niebla que nos hace un favor sobre todo la Costa del Sol y parte de la provincia de Cádiz tremendo”.
En relación a esto, está también la ya anunciada crecida del nivel del mar: “Ya estamos hablando de centímetros en algunas partes entre la provincia de Cádiz y de Málaga, en las zonas de la Alcaidesa y de Sotogrande, donde es espectacular ver esa imagen que hace escasamente cinco o seis años había un búnker de de la Segunda Guerra Mundial de hormigón, tremendo, y como en apenas tres, cuatro años, se le ha comido el mar” Es, asegura, el sitio de España en donde más está subiendo el nivel del mar y los gibraltareños, tampoco están teniendo mucho cuidado en esto y deberían de ser más cautelosos en lo que están realizando, porque están alterando totalmente las corrientes al este del Peñón, y con ello también, afectando parte del litoral de Manilva, de San Roque”.
Salvo Tierra enfatiza que fin, que “lo que tenemos que tener en cuenta es que unos pocos milímetros o centímetros en el aumento del nivel del mar va a afectar a, que no nos damos cuenta, pero hay una ciudad que está por debajo de nosotros”.
Es decir, “no solamente es ciudad lo que está por encima de la tierra, sino que en el subsuelo, no al vuelo, nos vamos a encontrar que hay infraestructura, canalizaciones, una gran cantidad de estructuras que es lo que hace ciudad “ afectada “en cuanto sube unos pocos centímetros el nivel del mar”. A esto, se suma que “la ciudad se hunde, porque le estamos metiendo mucho peso”, es decir que “cuando los suelos sobre todo son arenosos o arcillosos, con unas determinadas características, el propio peso de las construcciones hacen que que se vayan hundiendo”.
Junto a la subida por deshielo, el profesor de la UMA no pierde de vista que Málaga se sitúa en una zona con riesgo de tsunamis, como el ocurrido hace 400 años con ola de hasta cinco metros, es decir, alturas de un segundo piso.
Salvo Tierra pone como solución que los ayuntamientos planifiquen considerando ya estas variables, de espaldas al urbanismo más desarrollista y más salvaje; y que se tenga en cuenta el asesoramiento de los científicos, que “deben estar a la derecha del alcalde, no el edil de urbanismo”.
