La
falta de un segundo equipo de urgencias en el
Centro de Salud de Alhaurín el Grande es una de las cuestiones que, según expusieron este martes desde el
Sindicato Médico de Málaga (SMM), está propiciando el
incremento de las agresiones a los facultativos.
Así lo expusieron durante la
protesta vivida a las puertas del citado centro Teresa Valle, delegada de PRL del Sindicado Médico de Málaga y Silvia Montoro, una médica del centro agredida a patadas hace dos años.
Valle destacó que se encontraban concentrados para “apoyar a una compañera médica que fue
agredida por una paciente, que en este caso también agredió a otra trabajadora de otra categoría, a una enfermera, en el mismo momento”.
Según Valle, “nos encontramos con
la misma situación con la que terminamos el 2024 y ya hemos contabilizado hasta la segunda agresión en menos de 15 días” En este caso, a agresora “irrumpió en la consulta mientras la compañera
estaba atendiendo a otra persona, reclamando y exigiendo que se le atiende de
malas maneras, increpándola, quejándose del tiempo de espera con insultos y frases humillantes hacia la compañera y siguió después con la otra enfermera”, señaló la representante sindical.
Para Valle, “estamos ante una situación que se ve venir y que
la Administración no hace absolutamente nada para evitar y corregir”. Y es que aseguró que, en el caso de Alhaurín, “estamos ante un centro que tiene
un punto de urgencia de 24 horas, que carece de personal de seguridad, con
puertas que no tienen pestillo, ni ningún tipo de seguridad para el médico, para poder protegerse en algún momento”.
Valle comentó que “incluso que
mientras se atiende un aviso, ya que hay solamente un equipo de atención en 24 horas,
se queda el centro solo y es frecuente que entren en la consulta incluso a robar medicación”.
Por eso han vuelto a solicitar “
que se cree un segundo equipo, que llevan aquí reclamando años y que hoy en día es todavía más necesario”. Insistió en la necesidad de un segundo equipo, “que no se ha materializado ni se ha puesto un segundo profesional en 24 horas”, cuando, aseguró, “están viendo
una media de más de 100 pacientes por médico”, a los que “se suman los avisos a domicilio, quedando el centro desatendido y además siendo
caldo de cultivo para más agresiones, porque los pacientes están enfadados por el tiempo de espera y no es la primera vez que se enfrentan con
problemas para salir con la ambulancia, que ha sido zarandeada a la vuelta”
Por su parte, Silvia Montoro, médica del centro de salud de Alhaurín el Grande agredida hace dos años, recordó que “
un paciente me pegó dos patadas en el pecho, volé con el aire y caí al suelo”. Pôr eso, asegura que, “agresiones físicas no se han vuelto a repetir, pero
verbales es el pan nuestro de cada día, en las consultas bien pero en las urgencias siempre”.
Montoro lamenta que “se nos prometió desde el distrito en un momento dado que se nos iba a poner un segundo equipo y esa
promesa ha caído en vacío porque seguimos reivindicando un segundo equipo, al cual ya el distrito está haciendo oídos sordos”.
También recordó que “hemos reivindicado que necesitamos
una persona de seguridad, estamos pidiendo que las puertas se puedan cerrar desde dentro, o más bien que desde fuera no se puedan abrir, porque el paciente puede entrar perfectamente a la consulta y todos los días hay agresiones verbales, insultos, porque somos un único equipo”, y es que, si la ambulancia tiene que salir “cuando somos avisados por el 061, el centro de salud se queda muchísimo tiempo solo”. Por eso han reclamado.
un celador que esté en urgencias “no solamente desde las 8 de la mañana, sino 24 horas”.
Montoro asegura que “las urgencias están solas, han entrado incluso a
robar medicación, pero medicación escondida porque como no hay nadie pendiente de las urgencias, cuando el equipo está afuera, entran y roban lo que quieren los pacientes”.
La doctora asegura que “esto es día a día, pedimos que
se nos escuche porque ya estamos cansados, o sea, no se puede permitir una agresión”, porque , “en la realidad no están haciendo nada para ayudarnos y aquí las agresiones verbales son diarias y no podemos esperar a que de la agresión verbal se pase a la agresión física, que ya ocurrió una vez, fue bastante dramático y creo que no debe volver a ocurrir nunca más”.