El turismo de interior de Málaga se ha convertido en un refugio para turistas eurpeos, especialmente los del norte, que se han abonado a largas estancias en este tipo de alojamientos.
Así lo reflejan los últimos datos del portal de reservas Ruralidays que ha hecho resumen justo cuando se acaba de cerrar la temporada invernal (el 20 de marzo) con unas estadísticas que reflejan un "crecimiento continuado de las estancias largas (las de más de 20 noches) en los últimos cinco años".
Tras analizar los períodos de octubre a marzo, se observa que las estancias de más de 20 noches han crecido un 37% en los dos últimos años (2023-2024). Además, las reservas confirmadas para este 2025 ya apuntan a un crecimiento adicional del 11% respecto a 2024, sólo con las fechas bloqueadas hasta ahora, que previsiblemente seguirán en aumento. "La tendencia indica que esta modalidad de turismo invernal está en auge y seguirá creciendo en los próximos años", según el cofundador de Ruralidays, Félix Zea.
Si se analiza la duración de la estancia media en estos períodos, el mercado sigue la misma línea, con un aumento del número de noches reservadas en estancias largas de un 40% en la temporada de 2024 respecto al mismo período del año anterior. La permanencia para este tipo de reservas ya alcanza las 30 noches.
El mercado internacional es la clave de este crecimiento de las estancias largas en el interior durante los meses fríos. Los alemanes son los visitantes que más tiempo permanecen, con reservas que alcanzan las 41 noches de media; seguidos de los holandeses e ingleses (32 noches), y de los franceses, con 25.
"El viajero que elige el interior de Málaga en los meses de invierno busca escapar del frío, disfrutar de un entorno rural con buenas comunicaciones y aprovechar la tranquilidad y los precios de la temporada baja", confirma el cofundador Zea.
Pero, el coste es, junto a las temperaturas suaves, otro de los alicientes para quienes eligen invernar en el interior de la provincia. El precio medio de la larga estancia asciende a unos 2.200 euros, dado que una casa en invierno para dos personas suele costar entre 1.400 euros para las más sencillas, hasta 3.000 para las de categoría premium.
Además, es habitual que dos parejas o grupos de familiares y amigos, con o sin hijos, compartan un alojamiento con un mínimo de 2-3 dormitorios. "Pasar el invierno en los pueblos del interior es una opción muy económica para los turistas europeos", segú Zea.
Pero, el aumento en las estancias largas durante los meses invernales se debe a varios factores. El colectivo principal está integrado por visitantes de edad madura o jubilados de países centroeuropeos, que buscan alojamientos rurales en el sur de España como alternativa a los gélidos inviernos de sus países de origen.
Pero a estos se suman ahora también los nómadas digitales y los que tienen la posibilidad de teletrabajar desde cualquier lugar, lo que ha favorecido estancias más largas en destinos tranquilos y con buena infraestructura de telecomunicaciones. Además, se percibe un mayor interés por el turismo rural en temporada baja, para evitar el calor y los lugares masificados en verano, por lo que un público creciente opta por meses con menor demanda para disfrutar de los entornos naturales de Málaga, con buen clima y lejos del turismo de masas.