Un estudio elaborado por la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga, junto con Calpe Institute of Technology, cuestiona la eficacia del control del ruido que debería de realizar el Ayuntamiento de la capital, que preside Francisco de la Torre, de acuerdo con la planificación que se le encomendó hace más de un lustro para las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), mediante las cuales se buscaba supervisar los excesos acústicos en las calles del centro de la ciudad malagueña, repletas de restaurantes, bares musicales y salas de fiestas.
El pasado 25 de abril, los miembros de las asociación y residentes voluntarios se sumaron a una iniciativa para tratar de demostrar con la aplicación NoiseCaptura los niveles del ruido en las vías del centro, unos excesos que las familias que viven en los edificios vienen denunciando no solo ante el Ayuntamiento, sino incluso en los tribunales.
Molestias y alteraciones del sueño por el ruido nocturno causado por fiestas, celebraciones deportivas, o despedidas de soltero son algunos de los efectos que los residentes denuncian y que influyen en su salud y en su derecho al descanso.
De este modo, los vecinos recorrieron las calles Uncibay, Plaza de la Merced, San Juan de Letrán, Beatas, Denis Belgrano, Madre de Dios, Juan de Padilla, Álamos, Nosquera o Carretería. La iniciativa tuvo lugar en el marco de una campaña de concienciación sobre el ruido, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, celebrado el 30 de abril.
La aplicación gratuita NoiseCapture utiliza un código abierto para Android que
permite a los usuarios medir y compartir el ruido ambiental. Cada medición acústica se combina con información de posicionamiento GPS, para que el resultado se pueda mostrar en mapas interactivos, tanto en la propia aplicación como en el
proyecto Noise Planet. El Instituto de Tecnología Calpe es un centro de ingeniería e innovación que tiene su sede principal en Algeciras (Cádiz) y una oficina abierta en Campanillas (Málaga).
DESARROLLO DE LA APLICACIÓN
NoiseCapture, ha sido desarrollada por un grupo de investigadores franceses, y realiza mediciones informativas (no reglamentarias) que pueden enviarse a esta plataforma de forma anónima, para emplearlas posteriormente con fines de investigación acústica. La misma está pensada, según sus promotores, para que la utilice personal experto o que haya recibido una orientación previa.
Mediante este sistema, la Asociación de Vecinos organizó esta ruta nocturna por calles de la almendra central, registrando los niveles con más fiabilidad que otras aplicaciones, y mostrando valores tanto globales como por bandas de frecuencia. Para elaborar el mapa colaborativo del ruido se tuvieron que calibrar con un experto del Calpe Institute of Technology algunos de los equipos antes de la instalación y de la salida desde la plaza de la Aduana.
Desde el colectivo vecinal se remarca que "la actividad se ha realizado sin ningún apoyo institucional, sin dinero público y con la colaboración voluntaria y generosa de vecinos, familias con hijos y ciudadanos concienciados sobre el ruido".
El registro sonométrico quedó reflejado en el mapa que se ha elaborado, y en el que se asignan una serie de colores a semejanza de un semáforo. Las mediciones realizadas contemplan desde la gama de verdes para niveles de ruido tolerables y permitidos (menos de 45 dB de ruido ambiente, recomienda la OMS en periodo nocturno), hasta la gama de colores oscuros, desde el naranja hasta el negro, pasando por distintas tonalidades de rojo y morado, reservada para los niveles de ruido perjudiciales para la salud y no permitidos.
Para el presidente de la Asociación, Carlos Carrera López, "a pesar de las limitaciones técnicas de la actividad, los resultados obtenidos fueron demoledores. En el mapa de ruido resultante no hay ningún punto de color verde. Predominan abrumadoramente las gamas oscuras de colores. No hay ni una calle declarada acústicamente saturada, que no arrojase un nivel de decibelios excesivo".
El colectivo vecinal ha anunciado que próximamente se revisarán las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) y se evaluará la eficacia de las medidas adoptadas estos últimos cinco años para acabar con el ruido, "que a la luz de estos resultados parecen claramente insuficientes y manifiestamente mejorables. El ruido persiste", según Carlos Carrera.