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Un forense dice que ataron al empresario marbellí con un sistema "muy elaborado y complejo"

Señala que cualquier "mínimo" movimiento de la víctima implicaba una presión en el cuello

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La forense que acudió al levantamiento del cadáver del empresario de Marbella (Málaga) secuestrado en enero de 2009 ha declarado que para inmovilizar a la víctima se utilizó un sistema "muy complejo y muy elaborado", ya que estaba atado de pies, manos y cuello y con "cualquier mínimo" movimiento que hiciera, "de centímetros", se activaba un mecanismo de presión en el cuello, ha dicho.

   La Sección Novena de la Audiencia de Málaga ha continuado este miércoles con el juicio a seis hombres --cinco de ellos están en prisión-- acusados por los delitos de secuestro y asesinato. La vista oral continuará este jueves con los informes finales tanto de las acusaciones, es decir, el fiscal y los letrados que representan a la familia; como de las defensas.

   El hombre fue encontrado un día después de su desaparición en una caseta, sentado, amordazado con cinta y atado de pies, manos y cuello, de donde se enganchaba a una tubería. Esta forense ha explicado que el mecanismo con el que se le ató "le obligaba a estar erguido, rígido, sin moverse, sin toser", una postura "difícil de mantener" durante mucho tiempo, porque "no es una estatua".

   Por su parte, los forenses que practicaron la autopsia al cadáver han precisado que se produjo un mecanismo combinado de una presión cervical y una anoxia o asfixia. Al respecto, han destacado que aparte de las cuerdas, "no podemos olvidar la cinta ancha que ocupaba toda la boca" y que el hombre tenía un traumatismo nasal que "dificultaba" la respiración.

   Los tres médicos especialistas han coincidido en que es difícil establecer la data de la muerte. Asimismo, también han declarado dos agentes que realizaron la inspección ocular del lugar y han señalado que el hombre estaba ligeramente inclinado hacia un lado cuando lo encontraron y que el nudo de la cuerda estaba en la nuca y era fijo, no corredizo.

   Además, han apuntado que tenía doble vuelta en el cuello y han coincidido en que la cuerda tenía "cierta holgura" para no hacer presión por sí sola si la persona está consciente, aunque "con un desmayo todo el peso recae en el cuello", ha dicho uno de los agentes. Han corroborado que la víctima estaba vestida, incluso con prendas de abrigo, y no hallaron signos de pataleo en el suelo.

   El hijo del empresario ha relatado las llamadas de los secuestradores, pidiendo primero dos millones de euros y ya en la última llamada 600.000 euros. Ha dicho que todas las veces que le llamaron le dijeron que "no hiciera tonterías, que estaba jugando con la vida de mi padre", con quien pidió hablar "pero no me hicieron caso".

   Ha señalado que pasadas las 15.30 horas del día del secuestro recibió la última llamada en la que situaban al empresario en una caseta de agua, en la represa, camino de la cantera, pero ha lamentado que "no fueron muy precisos", ya que de haberlo sido se hubiera encontrado antes al empresario. Ha indicado que en esa última llamada insistió en que concretaran, pero cortaron.

LOCALIZACIÓN DEL EMPRESARIO

   Al respecto, han declarado varios agentes, tanto de la Policía Nacional como Local, en concreto de la Patrulla Verde, que participaron en las labores de búsqueda. Han coincidido con el hijo de la víctima en que la descripción del lugar que dieron "no era muy clara" y que la caseta donde estaba el cuerpo no estaba en una zona de paso habitual y era difícil de ver.

   Los policías nacionales han dicho que no pidieron ayuda a la Patrulla Verde hasta el segundo día porque confiaban en encontrarlo fácilmente, pero se les "echó la noche encima". Al día siguiente, temprano, comenzó la colaboración de la Policía Local, se dividió la zona en cuadrículas y sobre las 13.40 horas se encontró el cuerpo de empresario, a unos 600 metros de donde fue secuestrado, dicen las defensas.

   Asimismo, una de las agentes que intervino en toda la investigación ha indicado que se detectó tráfico de llamadas entre los acusados y se les pudo situar en la zona donde se produjo el secuestro a la hora en la que tuvo lugar, o en las inmediaciones de sus domicilios gracias a los móviles.

   La Fiscalía ha mantenido la acusación por delitos de secuestro y asesinato, por los que pide 30 años de prisión para cinco acusados; mientras que una de las acusaciones ha retirado la acusación por el delito de intento de secuestro, manteniéndola por los otros dos delitos. Tres defensas han modificado en el sentido de aceptar el delito de secuestro y una ha añadido también un homicidio imprudente.

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