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Suspendidas las actividades de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía

La Orquesta Filarmónica de Málaga comunica a los músicos que no puede continuar con el proyecto por falta de apoyo institucional. Planean un concierto-protesta

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La noticia les ha pillado por sorpresa, en medio de los exámenes en el Conservatorio de Música. El pasado 1 de junio el director gerente de la Orquesta Filarmónica de Málaga, Juan Carlos Ramírez, comunicaba a través de un correo electrónico que todas las actividades de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía quedaban suspendidas ante la falta de presupuesto para cerrar este ejercicio.

“Lamentablemente no hemos recibido el apoyo institucional necesario para poder continuar con el proyecto, quizás el año que viene podamos retomar nuestra actividad si finalmente para 2017 conseguimos los apoyos necesarios”, justificaba el director-gerente de la OFM, dependiente de un consorcio integrado por el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía. Un anuncio que ha caído como un jarro de agua fría para los 25 jóvenes músicos,  más de la mitad de ellos malagueños, que forman parte de este conjunto pionero, impulsado en 2010 por la OFM para despertar en los jóvenes músicos andaluces el interés por la música barroca.

Precisamente, marcado en rojo en el calendario estos jóvenes tenían previsto un encuentro del 1 al 6 de julio en la Térmica que culminaría con un concierto en el auditorio Edgar Neville de la Diputación. En un año en el que además la Filarmónica celebra su 25 aniversario con un completo programa de actividades respaldado por las instituciones.

“No vamos a quedarnos de brazos cruzados, vamos a organizar un concierto protesta para evitar que desaparezca”, aseguró ayer a Viva Daniel García, portavoz de los músicos afectados, que lleva desde 2011 en la JOBA. Concebida como un conjunto de formación para jóvenes músicos, ofrecen una media de 7 u 8 conciertos por toda Andalucía en periodos vacacionales de verano, Navidad o Semana Blanca. Sus últimas citas fueron en Antequera y Sevilla.

No cobran por tocar en ella, pero la orquesta corre con los gastos de transporte, alojamiento y manutención cuando actúan fuera. Y, lo más importante, mantiene viva la esperanza de una salida profesional en el futuro. “Por desgracia no es la primera vez que ocurre algo así, hace poco querían eliminar la joven orquesta de la Unión Europea pero con las protestas dieron marcha atrás”, explica García, que asegura que “la JOBA es una de las experiencias más importantes de mi vida”.

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