Brasil 1
—Sudáfrica—Khune, Gaxa, Mokoena, Booth, Masilela, Mhlongo, Dikgacoi, Pienaar (Van Heerden, m.91), Thsabalala (Mhpela, m.92), Modise (Masehgo, m.93) y Parker.
—Brasil—Julio César, Maicon, Lucio, Luisao, Andre Santos (Alves, m.81), Gilberto Silva, Felipe Melo, Ramires, Robinho, Kaká y Luis Fabiano (Kleberson, m.93).
Árbitro: Masimo Bussaca (SUI). Amonestó por Brasil a Felipe Melo, Dani Alves y Andre Santos y por Sudáfrica a Masilela.
Gol:
0-1 Alves (minuto 87)
Incidencias: En los prolegómenos del encuentro los capitanes de ambas selecciones, Lucio por Brasil y Mokoena por Sudáfrica leyeron un manifiesto contra el racismo. Terreno de juego en irregulares condiciones y menos de cinco grados de temperatura. Asistieron al encuentro 48.000 espectadores, entre ellos el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y el presidente de la FIFA, Joseph Blatter. La selección de Sudáfrica vistió completamente de verde por la coincidencia de colores entre ambos equipos.
Un gol de Alves a tres minutos del final del partido metió a Brasil en la final de la Copa de las Confederaciones, tras un encuentro en el que la iniciativa fue para los anfitriones, que impusieron su ritmo de juego ante los brasileños durante muchas fase del encuentro.
Sudáfrica puso la claridad en el juego y Brasil la calidad y al final, cuando todo hacia pensar en la prórroga, un trallazo en una falta de Dani Alves, que acababa de entrar en el campo, valió la clasificación de Brasil para la final del domingo ante Estados Unidos.
De poco le sirvió al equipo sudafricano el esfuerzo realizado durante todo el encuentro, al que sólo le faltó algún destello de calidad para que el sueño de la victoria se hubiera hecho realidad, ante un equipo brasileño que estuvo desconcertado durante mucho tiempo. Sudáfrica, con velocidad, logró que los brasileños no se sintieran cómodos en el partido.