El tribunal del juzgado militar togado de Sevilla ha tomado declaración a dos testigos de la una supuesta violación grupal en Málaga
El tribunal del juzgado militar togado de Sevilla ha sometido a un careo a dos testigos "tangenciales" de los presuntos abusos sexuales denunciados por una soldado del cuartel de Bobadilla (Málaga) ocurridos en septiembre, relatados por ésta tras denunciar una supuesta violación grupal en diciembre.
Por estos hechos ya declararon en el juzgado tanto la denunciante como el presunto agresor, quien quedó en libertad con cargos, unos hechos que la soldado relató cuando denunció haber sido presuntamente drogada y violada por varios compañeros a los que no puede identificar la madrugada del 10 al 11 de diciembre.
Aunque inicialmente el abogado de la víctima, Javier Rincón, anunció que los testigos citados hoy acudían a declarar por la presunta violación grupal de diciembre, la jueza del tribunal militar ha acordado separar ambos procedimientos y los testigos sólo han sido interrogados por su conocimiento de los abusos sexuales de septiembre, cuyo presunto autor sí está identificado.
Según el letrado, la jueza ha ordenado un careo entre ambos testigos -una soldado y un cabo, compañeros de la denunciante en el cuartel del Ejército del Aire de Bobadilla (Málaga)- al apreciar "contradicciones" entre sus referencias sobre lo visto y oído la noche en la que presuntamente se produjeron los abusos sexuales denunciados.
La denunciante declaró en su día que un compañero la cogió por el pasillo, la empezó a besar y la empujó hacia su habitación, donde el acoso fue a más pese a su negativa a mantener relaciones sexuales.
Rincón ha expuesto que debido a que la presunta "agresión sexual absolutamente inconsentida" se produjo en el interior de una de las habitaciones del cuartel en la que sólo estaban presentes la denunciante y el denunciado, el testimonio de los compañeros citados hoy como testigos se ha limitado a "hechos tangenciales no muy relevantes", aunque sus declaraciones han durado cinco horas.
Según el abogado, han sido interrogados sobre aspectos tales como si vieron entrar a ambos en la habitación, si podrían precisar si su actitud parecía de una relación consentida o no y si ellos mismos llegaron a entrar en el cuarto en algún momento.
Mientras, el juzgado militar aún no ha practicado diligencias respecto a la presunta violación grupal ocurrida en diciembre en el mismo acuartelamiento, tras la celebración en un bar de Bobadilla de la festividad de la Patrona del Ejército del Aire.
Según su denuncia, en dicho local sufrió tocamientos que la incomodaron por parte de algunos compañeros y tras ir al baño, al volver notó un sabor extraño en su cerveza y comenzó a sentirse mal, por lo que se fue al cuartel acompañada por un soldado amigo que la ayudó a ponerse el pijama y acostarse en la cama.
Fue a la mañana siguiente, sin recordar nada, cuando comentó con este amigo su malestar y él le sugirió la posibilidad de que la hubieran drogado y le instó a hacerse un test que dio positivo en barbitúricos.
La víctima denunció los hechos a la Policía Nacional, en la que ha declarado varias veces conforme iba recordando algún detalle -en uno de esos testimonios relató los abusos de septiembre-, una denuncia que llevó a que se abrieran diligencias en dos juzgados de instrucción de Antequera (Málaga), que actualmente están pendientes de inhibirse a favor del tribunal militar.
En el pijama y las medias de la víctima se han hallado restos de semen que se están cotejando con las muestras de ADN recogidas a nueve soldados del cuartel de Bobadilla, por lo que en esta causa aún no hay ningún investigado.