La ministra indonesia de Sanidad, Siti Fadillah Supari, señaló ayer que la cifra definitiva de víctimas mortales será de “miles” debido a “la magnitud de los daños”.
En este sentido también se pronunció el ministro de Bienestar Social, Aburizal Bakrie, que comparó “el daño” infligido por este temblor con el del gran terremoto de 2006 en Yogyakarta, en la isla de Java, en el que murieron cerca de 6.000 personas.
Las autoridades calculan que varios miles de personas han quedado sepultadas bajo los escombros de los cientos de casas que se derrumbaron en Padang y Pariaman, las urbes más afectadas, y su esperanza de sobrevivir dependerá de la rapidez del rescate.
En las zonas más remotas y de difícil acceso habrá otras varias decenas de muertos que añadir a la lista final, según los cálculos de los expertos. Los trabajos de salvamento son lentos y laboriosos, ya que, en gran medida, se realizan a mano ante la imposibilidad de utilizar de momento maquinaria pesada.
El primer secretario de la Embajada de España en Yakarta, Antonio García, aseguró a Efe que todos los españoles residentes en la zona afectada están bien, a pesar de que aún quedan varios que se encontraban de tránsito a los que no han conseguido contactar.
En Pariaman y Padang, varios miles de personas pasaron la noche al raso por temor a las réplicas.