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Cádiz

No hubo marea morada, pero las mujeres pusieron voz al 8M gaditano

Las concentraciones convocadas en la ciudad de Cádiz se desarrollaron con precaución

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Soy feminista, en una tierra hostil a la palabra mujer. Soy mujer. En un tiempo en que el feminicidio nos ha vuelto desechables. Por supuesto, dicen que estoy loca, extremadamente loca. Que soy rara, que me he vuelto extraña. Que no tengo lugar en el mundo. Los versos del poema ‘Soy india’, de la poetisa mexicana Patricia Karina Vergara, fueron los encargados de abrir la tarde de este lunes en la plaza de España, donde se concentraron más de un centenar de personas para reivindicar el 8M. El evento, convocado por los colectivos feministas de la ciudad, contó con las medidas de seguridad pertinentes, respetando la distancia gracias a puntos marcados en el suelo y el uso de mascarilla de todos sus asistentes. Algo en lo que hicieron mucho hincapié las encargadas de dar voz al manifiesto, ya que “tenemos muchos ojos encima”, según apuntaban, en clara referencia a la criminalización a la que se ha sometido la celebración del Día de la Mujer del pasado año. 

Somos imprescindibles, seguimos invisibles”

Este año no hubo marcha ni marea morada pero sí pudieron oirse las voces de las mujeres bajo el lema “Somos imprescindibles, seguimos invisibles”. Volvieron a sonar así cánticos como “no estamos exagerando, nos están asesinando”, “no es un paso aislado, se llama patriarcado” o “hay que quemar la justicia patriarcal”. Himnos que se han convertido en los últimos años en la banda sonora de este señalado día.
El de plaza de España fue un discurso inclusivo, con menciones a las personas transexuales, queer y lesbianas. “¿Dónde están las trans en el mercado laboral?”, gritaban. También hubo palabras para “las grandes ausentes, todas las mujeres cuidadoras de este mundo, las quehan cuidado en el seno de la familia sosteniendo esta pandemia en el último año”. Y, cómo no, para todas aquellas que ya no están tras haber sido asesinadas en crímenes machistas. 

Tras los cánticos se procedió a la lectura del manifiesto de la Comisión del 8M de Cádiz. “Lograr sociedades feministas solo será posible luchando contra todas las discriminaciones”, rezaba dicho manifiesto. “Deseamos visibilizar todas nuestras formas de trabajo”, recordando la labor de las cuidadoras, las empleadas del hogar o trabajadoras del ámbito sanitario. Críticas para la brecha salarial y la desigualdad, volviendo a hacerse eco del discurso inclusivo respecto al colectivo LGTBIQ+. Llegaba a su fin la lectura parafraseando a la activista afroamericana Audre Lorde: “no seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas, aunque sus cadenas sean diferentes a las mías”.

Al finalizar el acto, que duró apenas media hora, la concentración se disolvió rápidamente para seguir cumpliendo con las medidas de prevención.

Feminismo desde la raíz

De otro lado, a partir de las 18.00 horas, se daba lugar una concentración paralela a la que acudió aproximadamente una treintena de personas. Este evento fue convocado por ‘Cádiz Abolicionista’, un colectivo que lucha, entre otras cosas, por abolir el género. Esta “comisión radical” no se enfrenta a la anterior, según nos cuenta Sara Lauper, periodista y activista gaditana, “pero no podíamos confluir llevando mensajes contrarios; en el feminismo radical no creemos, por ejemplo, que el género sea una opción de identidad, sino una herramienta de opresión patriarcal”.  

En este sentido, este colectivo defiende que “es importante que el mensaje se dé en pro de los cuatro ejes de la liberación de la mujer, que es lo que dice el feminismo radical (radical por ir a la raíz del asunto); y estos ejes de abolición son la prostitución, la pornografía, explotación reproductiva y el género”. Tal y como señala Lauper, “si esto va a ser motivo de pugna porque desde una comisión se va a pedir una cosa mientras que desde el otro se pide lo contrario, es mejor diferenciar los espacios”. A pesar de la separación, ambas concentraciones confluyeron  con normalidad.

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