El Papa ha instado explícitamente al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a que "detenga la espiral de violencia y muerte" en Ucrania "también por amor a su pueblo" en un Ángelus atípico, en el que también ha expresado su preocupación ante la "amenaza nuclear" y ha deplorado las anexiones territoriales "contrarias al derecho internacional".
El Pontífice ha decidido dedicar al conflicto en Ucrania todo el tiempo que normalmente se utiliza para comentar el Evangelio del día, un gesto que ya realizó durante el Ángelus del 1 de septiembre de 2013 con la guerra de Siria.
"Lamento profundamente la grave situación que se ha producido en los últimos días, con nuevas acciones contrarias a los principios del derecho internacional. De hecho, aumenta el riesgo de escalada nuclear, hasta el punto de hacer temer consecuencias incontrolables y catastróficas en todo el mundo", ha lamentado el Papa con respecto a la decisión de Moscú de anexionarse cuatro territorios de Ucrania.
El Pontífice, que no suele nombrar a jefes de Estado o de Gobierno en los llamamientos públicos, se ha dirigido explícitamente al "presidente de la Federación Rusa" para implorar el fin de la guerra. A continuación, ha pedido "al presidente de Ucrania" que esté abierto "a propuestas serias de paz".
"A todos los protagonistas de la comunidad internacional y a los dirigentes políticos de las naciones, les exhorto a que hagan todo lo que esté en su mano para poner fin a la guerra en curso, sin dejarse arrastrar a peligrosas escaladas, y a que promuevan y apoyen las iniciativas de diálogo", ha dicho.
Francisco ha trastocado la estructura tradicional de los rezos del Ángelus, que preside cada domingo, y ha decidido dedicar toda la oración mariana a la situación en Ucrania.
"El curso de la guerra en Ucrania se ha vuelto tan grave, devastador y amenazante, que me suscita una gran preocupación. Por eso hoy quiero dedicarle toda mi reflexión antes del Ángelus. En efecto, esta terrible e inconcebible herida de la humanidad, en lugar de curarse, sigue sangrando cada vez más, con el riesgo de extenderse", ha añadido.
Por ello, ha renovado su llamamiento a un alto el fuego inmediato. "Que se detengan las armas y se busquen las condiciones para una negociación capaz de conducir a soluciones no impuestas por la fuerza, sino acordadas, justas, estables", ha exclamado.
Finalmente, el Papa ha dejado claro que para lograr la paz es necesario que se respeten "la soberanía e integridad territorial de cada país", así como "los derechos de las minorías".