Grecia ha amanecido paralizada este jueves por una huelga general de 24 horas que tiene como principal demanda que se encuentre a "los verdaderos culpables" del accidente ferroviario que el pasado 28 de febrero causó 57 muertos.
El paro ha sido convocado por los sindicatos de los sectores privado y público, GSEE y ADEDY, y estará acompañado de manifestaciones en todo el país.
Atenas ha amanecido paralizada sin transporte público, aunque se prestarán algunos servicios mínimos de metro para facilitar el desplazamiento de los ciudadanos que quieran acudir a las movilizaciones.
A la huelga se han sumado también los controladores aéreos y los marineros, por lo que una buena parte de los vuelos de hoy han sido cancelados, mientras que los barcos permanecen amarrados en los puertos.
Muchas escuelas permanecen cerradas ya que a la huelga se han sumado también los sindicatos de docentes, como también lo han hecho los trabajadores de los ferrocarriles, que el pasado viernes concluyeron una huelga de 10 días.
Se espera que decenas de miles de personas vuelvan a manifestarse en toda Grecia para demandar que se haga justicia por la mayor tragedia ferroviaria en la historia del país, en una nueva multitudinaria protesta como las que se vienen sucediendo desde el siniestro.
ADEDY ha declarado en un comunicado que los funcionarios exigen "que no se encubra el crimen de Tempe", localidad cerca de donde sucedió el accidente.
También exigen "que paren las políticas de privatizaciones", a las que culpan del actual estado de deterioro de la vía férrea.
El 28 de febrero a las 23.21 hora local (21.21 GMT) un tren de pasajeros chocó frontalmente con uno de carga al norte de la ciudad de Larisa, lo que causó 57 muertos, en su mayoría jóvenes universitarios.
El primer ministro reconoció que el tramo específico no contaba con sistemas de seguridad que podrían haber evitado la tragedia y tras días de culpar de lo sucedido a un error humano del jefe de estación, rectificó para pedir perdón y reconocer su responsabilidad política.