El estado estadounidense de Montana se convirtió este viernes en el último en una serie de territorios gobernados por conservadores en aprobar restricciones al acceso a los tratamientos de cambio de género para menores de edad.
El gobernador del estado, el republicano Greg Gianforte, ratificó hoy una norma que prohíbe a los menores trans acceder a tratamientos de transición con hormonas o cirugía, al igual que hacen estados como Florida, Tennessee o Alabama.
La decisión llega después de que los legisladores republicanos del territorio acordaran censurar hace dos días a la primera representante estatal transgénero de Montana, Zooey Zephir, quien se había opuesto al proyecto.
La legisladora demócrata podrá participar de manera remota en las votaciones, pero no tendrá el derecho a la palabra hasta que termine el actual período legislativo, a finales de abril, según medios locales.
La decisión del Congreso de Montana de censurar a Zephyr se dio dos días después de que una protesta a favor de los derechos de las personas transgénero y sexualmente diversas irrumpiera los procedimientos de la cámara estatal. Los legisladores republicanos acusaron a Zephyr de haber incitado la manifestación.
Desde la semana pasada, de hecho, no se le ha permitido intervenir en el hemiciclo, después de que dijera que los legisladores republicanos tendrían "sangre en sus manos" si aprobaban el proyecto de ley antitrans ratificado este viernes.
Este tipo de leyes que tienen como objetivo restringir el acceso de los menores a los cuidados de afirmación de género -como se los conoce en EE.UU.- se han vuelto populares recientemente en los estados del país gobernados por conservadores.
Quince estados han prohibido o restringido ya por ley este tipo de tratamientos médicos, de acuerdo con los datos de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).
Los conservadores argumentan que las medidas tienen como objetivo impedir que los jóvenes tomen decisiones irreversibles de las que luego puedan arrepentirse.
Sin embargo, existen pocos estudios sobre el efecto a largo plazo de este tipo de tratamientos en menores. Muchos legisladores demócratas, por su parte, alertan del riesgo de estigmatizar a una comunidad que ya suele sufrir grandes niveles de discriminación y abuso.
Además, organizaciones defensoras de los derechos LGTB temen que la situación pueda llevar a más jóvenes trans al suicidio, ya que son de los colectivos más vulnerables.
Las principales asociaciones médicas están de acuerdo en que los tratamientos de reafirmación de género son apropiados para adultos y jóvenes que sufren disforia de género, recoge el medio The Hill.