Una mujer que ha permanecido 24 años en la cárcel en relación con la muerte de su hijo de 4 años de un disparo en 1989 para supuestamente cobrar la compensación del seguro ha quedado en libertad este viernes por falta de pruebas y a la espera de que se celebre un nuevo juicio.
Debra Milke, de 49 años y exdependiente de una compañía de seguros, ha salido de la cárcel del condado de Maricopa después de presentar la fianza necesaria para su liberación, de 250.000 dólares (189.718 euros) y que, según la cadena estadounidense NBC, ha abonado su madre, que sufre una enfermedad terminal y residente en Alemania, donde nació Milke.
Un tribunal de apelación estadounidense invalidó en marzo condena dictada en 1990 y la pena de muerte que yacía sobre Milke, alegando que los fiscales no hallaron indicios suficientes para rebatir las negligencias cometidas por el detective de la Policía de Phoenix encargado del caso, Armando Saldate.
Es más, ha instado a las autoridades que investiguen el caso por una posible violación de los derechos civiles de Milke por parte de Saldate, quien habría mentido en varios procesos criminales, según han probado varias instancias judiciales.
La jueza del Tribunal Superior Rosa Mroz ha rechazado los recursos de la Fiscalía para que Milke no saliera de la cárcel en base a las "serias dudas" sobre la "validez de la supuesta confesión de la acusada".
Saldate testificó en contra de Milke, a la que acusó de urdir con otros dos hombres --Roger Scott y James Styers, quienes fueron condenados aunque nunca prestaron testimonio en el juicio-- el asesinato de su propio hijo, Christopher. La acusada habría admitido presuntamente que el propósito era recibir la compensación del seguro, de unos 5.000 dólares (3.794 euros).
Otros testimonios recogidos en las vistas señalaban que los hombres dijeron al niño que iba a ver a Papa Nöel a un centro comercial, si bien después se lo llevaron a un emplazamiento en medio del desierto, donde le retuvieron y más tarde le mataron de un disparo en la cabeza.
En todo momento, Milke negó haber confesado tal trama. Saldate, según ha anotado el tribunal de apelación, no grabó la confesión ni tomó notas del supuesto interrogatorio del que no hay más testigos.
El nuevo juicio ha quedado fijado para el 30 de septiembre, siete días después de una vista en la que se determinará si el testimonio de Saldate puede ser admitido en el nuevo proceso como prueba o no.