Un 47,6 % de los escoceses votaría en contra de la independencia en el referéndum del próximo 18 de septiembre, mientras que un 42,4 % que lo haría a favor, según una encuesta divulgada hoy por el diario escocés "Daily Record".
Si se elimina el 10 % de indecisos que muestra el sondeo, elaborado por la firma "Survation" sobre una muestra de 1.000 personas, el resultado sería de 53 % de partidarios del "no" por un 47 % de favorables al "sí".
En un estudio de la misma compañía publicado hace dos meses, los partidarios de la unión eran el 46 %, los independentistas un 42 % y los indecisos un 13 %.
La encuesta se ha publicado el mismo día en el que los dirigentes de los tres principales políticos británicos -conservadores, laboristas y liberaldemócratas-, contrarios a la escisión, se trasladaron a Escocia para intensificar su campaña ante el avance de la opción independentista en los sondeos.
El pasado fin de semana, una encuesta de YouGov otorgó por primera vez una ligera ventaja a los partidarios del "sí" (51 % contra el 49 %), mientras que el martes, otro estudio, de TNS, preveía una victoria del "no" por un mínimo margen del 1 %.
Ante el avance de los partidarios de la separación del Reino Unido, el primer ministro británico, David Cameron, alteró hoy su agenda, que preveía una sesión de control en la Cámara de los Comunes, para ofrecer un discurso en Edimburgo en el que pidió a los escoceses que mantengan unida a la "familia" británica.
"Me importa muchísimo este extraordinario país, este Reino unido que hemos construido juntos. Me rompería el corazón si esta familia de naciones que hemos reunido fuera separada", dijo Cameron.
También se trasladaron a Escocia el vicepresidente liberaldemócrata Nick Clegg y el líder de la oposición laborista, Ed Miliband.
"Quedaos con nosotros porque juntos somos más fuertes, porque juntos podemos cambiar el Reino Unido", dijo el dirigente del Partido Laborista.
Clegg, por su parte, subrayó los "enormes riesgos e incertidumbres de ese salto a la oscuridad que es la independencia" y la "certidumbre del cambio y de más poderes para Escocia, continuando juntos, en esta familia de naciones que es el Reino Unido".