Birmania (Myanmar) pidió a la ONU un trato "justo e imparcial" por sus acciones en la crisis migratoria en el Sudeste de Asia, al tiempo que prepara la deportación a Bangladesh de casi mil inmigrantes localizados en mayo en dos embarcaciones, informan hoy los medios locales.
Varios países de la región y organizaciones internacionales han señalado a Birmania como responsable del éxodo de inmigrantes, muchos de ellos rohinyá, una minoría musulmana que huye de la persecución que sufre en ese país.
En una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el presidente del Parlamento, Shwe Mann, instó al Consejo de Seguridad a ser "justo e imparcial" en sus declaraciones sobre Birmania, "que se encuentra en un proceso de implementación de reformas democráticas".
Sobre la crisis migratoria, Shwe Mann pidió a organizaciones nacionales e internacionales que "ejerzan gran cuidado para evitar crear malentendidos sobre nuestro país y agravar las tensiones sectarias y el conflicto".
"Considerando la paz y seguridad del mundo, incluido Myanmar, la comunidad internacional debe adoptar un enfoque objetivo e imparcial", dijo Shwe Mann en la carta publicada hoy por el diario estatal Global New Light of Myanmar.
La misma edición del periódico publica un comunicado del Ministerio de Exteriores que asegura que el Gobierno ha acordado con Bangladesh empezar a repatriar el 7 de junio a los 942 refugiados encontrados en mayo en dos embarcaciones.
El 21 de mayo se interceptó una embarcación con 208 bengalíes, que siguen retenidos en la misma zona a la espera de ser deportados, asunto que las autoridades birmanas discutieron ayer con el embajador bangladesí.
El segundo barco interceptado cerca del litoral el 29 de mayo transportaba 734 personas, incluidos mujeres y niños, que ayer fueron realojadas en campos temporales cerca de la frontera con Bangladesh.
Las agencias humanitarias de la ONU no han tenido acceso a estas personas, según el diario Myanmar Times, como se había acordado en la reunión celebrada en Bangkok el viernes pasado.
"Myanmar ofrece alojamiento temporal a la gente de los barcos por razones humanitarias y urge a la contraparte bangladesí a recibir con toda prontitud a estas personas una vez completado el proceso de verificación", indicó el comunicado.
Representantes de 17 países y organizaciones internacionales se reunieron el 29 de mayo en Bangkok para abordar la crisis de refugiados, sin poder acordar ninguna solución para acabar con la persecución que sufren los rohinyás, considerados inmigrantes ilegales por las autoridades birmanas.
Desde 2012, 153.300 rohinyás o alrededor de un 10 por ciento de los que viven en Birmania, han embarcado en barcos operados por redes de trata de personas para intentar llegar a Malasia, según la estimación de la organización Arakan Project.
